Parecía que nunca fuese a llegar el día. Nos resistíamos a que llegase. Pero ese día ha llegado. Jens Voigt (Grevesmühlen, 1971) ha colgado la bicicleta a sus 42 años tras disputar su última carrera en el USA ProChallenge de Colorado. 17 temporadas como profesional en los que el alemán se ha convertido en uno de los ciclistas más respetados por el pelotón y más queridos por el aficionado, y que además le dejan con dos etapas en el Tour de Francia -cita a la que no ha fallado en toda su carrera- y una etapa en el Giro de Italia en su palmarés. Aunque si por algo se le recuerda deportivamente es por su idilio con el Critérium International, carrera que conquistó cinco veces antes de que ésta se estableciese en Córcega. Puntal del maltrecho ciclismo alemán, se retira también con dos Vueltas a Alemania y dos Vueltas a Baviera.
‘Shut up, legs‘. En su día se despidió de los aficionados vascos mediante una emotiva carta abierta, carrera donde consiguió su primer triunfo profesional y de la que siempre ha seguido enamorado. De Cobbles&Hills se despidió hace unos meses, donde además de una interesante entrevista nos dejó una serie de anécdotas que hoy, coincidiendo con su retirada, queremos compartir con todos vosotros.
Avila Beach 2013, la última victoria
“Fue en el Tour de California y lo teníamos preparado desde la salida. Recuerdo a Markel Irizar todo el día gritándome y en especial en los pasos en alto que me tranquilizara, que controlara las ganas porque era bastante evidente que cuanto más me mostrara más se iban a dar cuenta el resto que iba lanzar mi ataque. Daba igual, lo sabía, pero mi cuerpo me lo pedía y mi cabeza pedía calma, era todo muy raro. Así que cuando llegamos a una pequeña colina a 5 kms de meta y ya no escuchaba la voz de Markel, salté”.
Su nefasta experiencia sobre el pavés
“Lo he intentado dos veces en mi vida, en 2000 y 2001, pero estas carreras no están hechas para mí. Son tan especiales que tienes que estar locamente enamorado de ellas. Por ejemplo el Tour de Flandes, si tú fueses un magnífico corredor y las clásicas tu trabajo, no te permitas ni un error porque no tendrás oportunidad de fallar. Te lo juegas todo, absolutamente todo ese día, es complicadísimo, solamente la presión que tienes que soportar es inaguantable.”
“Un Tour de Francia o un Giro de Italia es algo más llevadero, puedes encontrar tu ocasión algún día de los 21, te da al menos para hacerte una foto honrosa para enviarselas a tus padres por navidad. Acabé Flandes un año [2000], al siguente Roubaix. Dije “no me esperéis más por aquí”. Y efectivamente nunca he vuelto”
País Vasco y su peculiar climatología
“El año pasado sin ir más lejos en la Vuelta al País Vasco, pasamos varios días un tanto pasados por agua, frío y viento, hizo muy malo durante toda la carrera. Al tercer o cuarto día miras por la ventana del hotel y sigues viendo nubes cubriendo el cielo, sabiendo cómo es esto te cubres de ropa de arriba a abajo. Todo perfecto. Salimos y a mitad del día, al paso por unas montañas, a lo lejos aparecen los primeros rayos del sol, mi instinto se activó y presagié que al final de la etapa haría calor y que el aire no sería tan frío, en fin, la primavera aparecería para mí.”
“Me quité toda la ropa, chubasquero, manguitos, chaleco, cubrebotas, perneras, guantes, todo lo que llevaba encima fue a un coche. Al cabo de un rato, veo una nube gigantesca sobre una valle y la carretera que se dirigía hacia allí. Cuando llegamos nos esperaba una nevada impresionante, lo que faltaba, nieve. Fuí rápidamente al coche, estaba algo nervioso porque empezaba a sentir que se me estaban congelando los dedos de la mano, y les mandé que me diesen otros guantes. Alain [Gallopin] me miró y me dijo “aquí nadie tiene guantes”. Con los años que tengo y la experiencia adquirida a veces ocurren estas cosas.”
El día que no era Jens Voigt
“Fue en la carrera en ruta en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, unas semanas después de acabar el Tour de Francia [saldado con victoria de su compañero Carlos Sastre] y arrastraba mucho cansancio desde entonces y viajé sin haber entrenado demasiado. Además llegué allí y me afectó mucho el jet lag, un viaje demasiado largo, no descansé lo suficiente durante aquellos días y la intensa contaminación ambiental que había allí me ahogaba. Bien, bueno, y también porque la noche antes de la carrera había cenado bastante y bebí demasiada cerveza.”
“Empecé la carrera no muy bien y a la tercera vuelta al circuito dije basta. No fue exclusivamente por culpa del calor, por la mañana había tomado chocolate y no me sentó muy bien, más lo de la noche anterior me sentía hinchado, asi que cuando llegué al colapso en carrera me paré, lo eché todo y me fui a dormir hotel. Mi única experiencia olímpica.”

Jens Voigt tomándose un momento para disfrutar de su último tango en París