-La prueba-

-Historia-

“El Infierno del Norte”, “Un domingo en el Infierno” o “La Pascua” son algunos de los apodos que recibe la París-Roubaix, clásica entre las clásicas. Es con ésta última, como vio su nacimiento en 1896, siendo una de las pruebas más longevas del calendario internacional.

Théodore Vienne y Mauricio Pérez, dos empresarios del sector textil de Roubaix fueron los creadores de la misma. Su pasión por el ciclismo les llevó a participar en la creación del velódromo de la localidad gala en 1895. Después de organizar diversas pruebas en pista -en la que hasta lograron contar con el americano Mayor Taylor- fueron más allá y buscaron nuevas ideas, llegando a la conclusión de celebrar una prueba entre la capital, París, y el velódromo de la pequeña ciudad de Roubaix. Para ello, se pusieron en contacto con Louis Minart, editor del periódico Le Vélo, único periódico deportivo en la fecha. Una carta escrita al director, Paul Rousseau, donde destacaban la creación de la París-Roubaix como antesala de la prestigiosa Burdeos-París hizo el resto. Rouseeau, entusiasmado por la idea, montó en un coche a Victor Breyer, editor de la sección de ciclismo, para encontrar el recorrido. A su llegada a Roubaix, después de casi un día de trayecto en la que las bajas temperaturas y la lluvia complicaron el trayecto. Breyer juró mandar un telegrama para cancelar la idea de celebrar una prueba así. Una cena esa misma noche junto a los empresarios le hizo cambiar de idea, ¿qué fue? Nadie lo sabe.

Así nació la París-Roubaix, llamada por entonces La Pascua, por coincidir con el Domingo de Pascua de la Semana Santa cristiana, aunque en su primera edición fueron dos domingos después.

19 de Abril de 1896, fecha en la que se celebró la primera edición con salida en Bois de Boulugne, al norte de París. 300 kilómetros de recorrido para conocer al ganador de los 1.000 francos que sumaba el premio. Un alemán, Josef Fischer, fue el primero en cruzar la meta en el velódromo, donde no finalizaron la mitad de los corredores que tomaron la salida, con sólo cuatro ciclistas en la misma hora del vencedor, incluido el local Maurice Galín, vencedor de las dos siguientes ediciones.

Hasta la Primera Guerra Mundial discurre sin ninguna salvedad, interrumpiéndose entre 1915 y 1918 por el conflicto bélico, inmerso en el territorio por donde transcurre. Tras este parón, organizadores y periodistas supervisaron el recorrido en 1919, observando de primera mano el resultado de más de tres años de combate de trincheras. Al verlo, no hubo otras palabras que definieron mejor tal catástrofe, “esto es un infierno”. De esta manera se creó el mito del Infierno del Norte.

En el periodo entre guerras fueron los belgas los dominadores absolutos, logrando 15 victorias de 21 ediciones, hasta una nueva suspensión entre 1940 y 1942.

Después de la Segunda Guerra Mundial las mejoras realizadas en los caminos adoquinados hicieron temer que la carrera perdiese esa dureza que tanta fama la había otorgado en el pasado. Para ello, laorganización fue trasladando el recorrido hacia el este en la búsqueda de viejos caminos adoquinados. Así, se encontraron zonas de pavé que hoy en día resultan míticas como el Carrefour de l’arbre, descubierto por Alain Bernard, actual presidente de la asociación “Amigos de la París-Roubaix”, organización que se encarga del cuidado y conservación de los tramos de pavé.

Aunque conserva el nombre de la capital parisina, la salida se ha trasladado en dos ocasiones, a las ciudades de Chantilly en 1966 y en 1977 a Compiègne, ciudad que actualmente sigue siendo la salida de la misma.

En cuanto al palmarés, los belgas dominan con 53 victorias por 28 de franceses y 13 de italianos. Grandes mitos del ciclismo han engrosado el palmarés, nombres como Henri Pélissier, pasando por Fausto Coppi, Eddy Merckx, Francesco Moser, Bernard Hinault, Sean Kelly o Roger De Vlaeminck; este último ostenta el récord de victorias con cuatro entorchados.

Más actuales han sido las victorias de grandes rodadores como los italianos Andrea Tafi y Franco Ballerini, el holandés Servais Knaven o los belgas Johan Museeuw, Peter Van Petegem o Tom Boonen, el cual, está a sola una victoria de empatar el récord de victorias.

Como curiosidad, tan sólo nueve ciclistas han sido capaces de vencer la misma temporada De Ronde y la Roubaix. A partir de la edición del centenario, a los vencedores se les concede como trofeo una réplica de los adoquines por los que transcurre la carrera.

Legendarios duelos entre el hombre frente a las adversidades han dado como colofón a la clásica más dura del calendario internacional. Amada por muchos, odiada por tantos, la Roubaix siempre seguirá dejando una huella en cada ciclista que participa en ella.

-Recorrido-

Domingo 11 de Abril, 10:25 de la mañana. Día D, Hora H. Como viene siendo habitual desde el final de los años 70 Compiègne dará la salida a la París-Roubaix. Será allí, 65km al norte de París, entre los ríos Oise y Aisne donde se dará el banderazo de salida para llegar sobre las cinco de la tarde al velódromo de Roubaix.

Entre ambas poblaciones francesas, 259km camino a gloria, 53 de ellos sobre el temido adoquín repartidos este año en un total de 27 sectores, como cada año ordenados de forma descendente y baremados en función de su dificultad mediante estrellas.

Los ciclistas recorrerán los primeros 100km sin mayor dificultad atravesando poblaciones como Noyon y St-Quentin, y será el momento de que corredores con ganas de protagonismo lancen sus ataques para reclamar una presencia que difícilmente podrán tener más adelante cuando la carrera vaya lanzada. A partir de entonces empieza lo que nos gusta, con un inicio sobre las piedras nada despreciable que acabará siendo un no-parar.

Los primeros cincuenta kilómetro de pavés cuentan con un total de nueve tramos empedrados, con una catalogación media de tres estrellas y casi 20km donde destaca el tramo entre las comunas de Quiévy y Saint-Python (s25), con una longitud cercana a los 4km y cuatro estrellas de dificultad. Pese a ser una zona con una dificultad media, el hecho de ser los primeros tramos, hará que si bien el pelotón no se rompa, algunos de los ciclistas menos dados a rodar sobre esta superficie se descuelguen del grupo. Es el punto en que los grandes favoritos rezarán por sufrir todas las desgracias allí, lejos de meta, con la carrera tranquila, habrá margen de maniobra.

Un poco más adelante nos encontramos el tramo entre Haveluy y Wallers (s18), 2500m con una dureza de cuatro estrellas que será el preludio de uno de los momentos importantes de la carrera: la Trouée d’Arenberg (s17), una recta infernal de poca anchura a la que se llega lanzado por la necesidad de conseguir una buena colocación de cara a la entrada al bosque, en la que los grandes favoritos, en busca de evitar problemas innecesarios se pondrán a tirar de un pelotón, que acabará rompiéndose en numeros pedazos como consecuencia del ritmo elevado, el mal estado de los adoquines y las caídas y pinchazos que cada año se producen durante los 2400m de longitud que tiene el tramo, catalogado con cinco estrellas de dureza.

Pasado el primer coloso, 20km tranquilos de recomposición de la carrera, en los que los segundos espadas de los equipos llamados a la victoria deberán intentar filtrarse en fugas para poder ayudar en los momentos importantes de la carrera a sus jefes de filas. Tras este impás, a 75km de meta, llega otra tanda de tramos de adoquines enlazados, durante 20km los ciclistas se encontrarán cinco tramos, todos ellos con una dificultad de tres estrellas, con un kilometraje acumulado de más de diez kilómetros sobre pavés. A reseñar, que junto al tramo de pavé entre Haveluy y Wallers (s18) anteriormente mencionado, en este punto de la carrera se encuentran los sectores entre Wandignies y Hamerge (s16) y entre Sart-et-Rosiers y Tilloy (s14), ambos de tres estrellas de dificultad, que serán los tres tramos que, en sentido contrario, se encontrarán los ciclistas que disputen el Tour de Francia en la temida etapa sobre pavés con un final que dejará a los corredores a las puertas del bosque de Arenberg. Al acabar esta sucesión de sectores ya no habrá excusas, todo aquel que quiera optar a la victoria final deberá estar bien situado, pues la carrera debería ir ya lanzada para llegar a otro de los puntos clave: Mons-en-Pévèle (s10), un sector de 3km que alterna falsos llanos ascendentes y descendentes con un cambio de dirección a derecha y otro a izquierda, que hacen que sea catalogado como el segundo de los tres tramos de cinco estrellas de dificultad.

A la prueba le quedarán poco menos de 50km, y tras varios sectores fáciles (se llevarán ya más de 200km) de una, dos y tres estrellas, un reducido grupo de elegidos además de algunos actores invitados se plantarán en el punto en el que deberán jugarse la carrera, y es que a falta de poco más de 25km para llegar al velódromo de Roubaix, uno tras otro los corredores irán superando los tramos de pavés entre las comunas de Cysoing y Bourghelles (s6.2), Bourghelles y Wannehain (s6.1) y el tramo de Champin-en-Pévèle (s5), todos ellos considerados de cuatro estrellas con una longitud de 1300, 1100 y 1800 metros respectivamente en un espacio inferior a 10km.

Esta sucesión de tramos adoquinados sirve a la vez de aproximación como de selección final para que los grandes especialistas sobre las piedras se jueguen la carrera en otro de los tramos míticos como es el Carrefour de l’Arbre (s4). Pocos serán los elegidos que llegarán a este sector de 2100m completamente abarrotado de gente y una dificultad de cinco estrellas en la que los ciclistas se encontrarán numerosos giros tanto a derecha como a izquierda, y que será la última opción para todos ellos de evitar un desenlace al sprint, por lo que aquellos con una menor punta de velocidad deberán hacer un esfuerzo heroico para deshacerse de los rivales para afrontar un rápido camino hacia Roubaix pasando tramos de una y dos estrellas para poder alzar los brazos victoriosos en el Velódromo (que en un futuro próximo pasará a tener una nueva imagen) y haber vencido en el Infierno del Norte.

Los tramos de la París – Roubaix 2010.

Sector Km Localización Longitud Dificultad
27 98 Troisvilles > Inchy 2200 m ***
26 104.5 Viesly > Quiévy 1800 m ***
25 107 Quiévy > Saint-Python 3700 m ****
24 112 Saint-Python 1500 m **
23 119.5 Vertain > Saint-Martin-sur-Écaillon 2300 m ***
22 126.5 Capelle-sur-Écaillon (Le-Buat) 1700 m ***
21 138.5 Verchain-Maugré > Quérénaing 1600 m ***
20 141.5 Quérénaing > Maing 2500 m ***
19 144.5 Maing > Monchaux-sur-Écaillon 1600 m ***
18 156 Haveluy > Wallers 2500 m ****
17 164 Trouée d’Arenberg 2400 m *****
16 176.5 Hornaing > Wandignies-Hamage 3700 m ***
15 184 Warlaing > Brillon 2400 m ***
14 187.5 Tilloy-lez-Marchiennes > Sars-et-Rosières 2400 m ***
13 194 Beuvry-la-Forêt > Orchies 1400 m ***
12 199 Orchies 1700 m ***
11 205 Auchy-lez-Orchies > Bersée 2600 m ***
10 210.5 Mons-en-Pévèle 3000 m *****
9 216.5 Mérignies > Pont-à-Marcq 700 m **
8 219.5 Pont-Thibaut > Ennevelin 1400 m ***
7.2 225.5 Templeuve (L’Épinette) 200 m *
7.1 226 Templeuve (Moulin-de-Vertain) 500 m **
6.2 232.5 Cysoing > Bourghelles 1300 m ****
6.1 235 Bourghelles > Wannehain 1100 m ****
5 239.5 Camphin-en-Pévèle 1800 m ****
4 242 Carrefour de l’Arbre 2100 m *****
3 244.5 Gruson 1100 m **
2 251 Hem 1400 m *
1 257.5 Roubaix 300 m *
Total 52900 m