Por la puerta de atrás, en pleno mes de febrero y con el calendario ya puesto en marcha. De esta forma y sin hacer prácticamente ruido se ha retirado del ciclismo profesional Allan Davis (Australia, 1980). El ciclista aussie ha colgado la bicicleta después de doce años como profesional tras verse sin ofertas para poder continuar su carrera deportiva. Pese a la más que declarada intención de continuar pedaleando durante algunos años más, la precaria situación del ciclismo actual le ha forzado a tomar esta decisión, dejando al pelotón sin un sprinter que pese a no contar con un gran palmarés, su presencia en carrera y su trayectoria le harán ser recordados.

Davis, australiano de nacimiento pero vasco de adopción (ha estado afincado durante bastantes años en Oiartzun, al lado de San Sebastián), comenzó su trayectoria deportiva en uno de los gigantes del pelotón por aquella época, el Mapei – Quick Step. En los dos años que estuvo en el equipo italiano no contó con gran relevancia como era esperable, aunque fue capaz de dejar muestra de su potencial consiguiendo puestos más que meritorios en carreras menores. Manolo Saiz, aconsejado por Neil Stephens, vio la calidad que tenía el australiano y se lo llevó al ONCE – Eroski en el año 2003 donde ya contó con más protagonismo para mostrar el nivel que realmente podía llegar a alcanzar. Y no decepcionó. En su primer año consiguió alzar los brazos en dos ocasiones, en la Challenge de Mallorca y en el Circuit de la Sarthe.

Allan Davis en las filas del ONCE – Eroski

2004 fue el año que realmente le vio explotar. Davis consiguió en aquella temporada nada menos que dos etapas de la Challenge de Mallorca, una etapa del Tour de Polonia y el Giro del Piemonte entre otros éxitos. Además, fue cuarto en la Paris – Tours, sexto en la Milano – Torino y sobre todo, consiguió un excelente quinto puesto en el Mundial de Verona que se llevó Oscar Freire. Las buenas sensaciones continuaron en 2005, donde fue segundo en Down Under, se llevó dos etapas en Murcia, otra en el Eneco Tour y peleó por la victoria en varias etapas del Tour de Francia. El optimismo se disparó con un corredor que a sus 25 años ya empezaba a llamar a las puertas del éxito y del reconocimiento, pero todo eso se disipó en 2006.

2006 fue el año de la Operación Puerto. Davis, en las filas del Liberty Seguros – Wurth se vio implicado de lleno en la misma. Como muchos jóvenes de su equipo, se libró de la sanción y de la crítica general, pero su temporada se vio totalmente comprometida pues desde junio hasta febrero estuvo sin competir. En 2007 recaló en las filas del Discovery Channel donde firmó un gran año con un sensacional segundo puesto en la Milano – Sanremo, amén de otras victorias en la Volta a Catalunya y en Qinghai Lake, pero los problemas continuaban afectando a su carrera.

En 2008 desapareció el Discovery Channel y Davis se quedó sin equipo. Fue acogido en las filas del modesto Mitsubishi – Jartazi, donde logró ganar algunas etapas en el Tour Down Under y tener cierta relevancia en los sprints que podía disputar, lo que le valió para llamar la atención del Quick Step. Recaló a finales de año en el equipo belga donde firmó una de sus mejores temporadas como profesional. En 2009, Davis ganó por fin la general del Tour Down Under tras sus constantes buenas actuaciones en la carrera local y fue cuarto en Milano – Sanremo, demostrando que estaba mejor que nunca.

Al año siguiente, en 2010, consiguió el mejor resultado de su carrera deportiva sin lugar a dudas. La medalla de bronce en el Mundial de Geelong es probablemente el hecho más relevante por el que se recordará a Davis a lo largo de la historia. Solo superado por Hushovd y Breschel, Davis logró de esta forma inscribir su nombre en los libros de ciclismo después de haber cosechado un año en lo individual más que decepcionante -tras haber recalado en las filas del Astaná- y que empezó a marcar su decadencia como velocista.

Allan Davis, medallista en Geelong

Allan Davis, medallista en Geelong © Jarrod Partridge

Los tres últimos años de la carrera del aussie, uno en Astana y dos en las filas del Orica GreenEDGE, terminaron con cualquier expectativa positiva que se pudiera tener acerca del australiano. Sin victorias, sin presencia y sin velocidad. De esta forma ha acabado la carrera de Davis, un buen corredor que hizo méritos para consolidarse como uno de los sprinters de segunda línea en la primera década de este siglo. Con sus luces y sus sombras, así acaba la trayectoria en el ciclismo de Allan Davis.