Tan breves como intensos. Tan angustiosos como preciosos. Los campeonatos nacionales de ciclocross son siempre una cita clave para calendario de cualquier ‘crosser’ y en muchos casos el día más importante de la temporada, la hora de reloj en la que se enfocan meses y meses de carreras y preparación para conseguir el precioso derecho de portar la bandera nacional en el pecho, todo un símbolo de cara a aficionados y rivales. Más si cabe en un año en el que las sorpresas se han contado con los dedos de una mano y en el que han sido los mejores corredores de cada país los que se han llevado el gato al agua.
Pero ha sido precisamente en nuestro país donde se ha producido el resultado más inesperado, al menos si nos fijamos únicamente en las cifras y las sensaciones de toda la temporada. El dominio y exuberancia de Aitor Hernández en nuestras campas no ha recibido el premio del maillot rojigualda, superado ayer sin discusión por un Javier Ruiz de Larrinaga que como siempre estuvo a la altura de la cita. El alavés, en la mejor condición física de la temporada, templó la furia del ermuarra, llevó el peso de la carrera y finalmente tuvo la inteligencia y las piernas para seleccionar la prueba y llegar en solitario a la línea de meta para alzarse con su cuarto título nacional. Una situación que quizá sólo encuentre parangón en Dinamarca, donde Kenneth Hansen se vio sorprendido por un Jonas Pedersen -quien vivió junto a Jon Ander Insausti en Herselt durante este invierno- que fue capaz de dejar atrás en las primeras vueltas al campeón saliente y cabalgar sólo hacia la victoria.
Por lo demás, si exceptuamos un campeonato helvético en el que una carrera en grupo y una avería de Julien Taramarcaz en la última vuelta permitieron a Lukas Flückiger hacerse por segunda vez en su carrera con la cruz de la confederación, los ganadores en todos los países importantes fueron quienes estaban señalados a priori para la gloria. Al menos, en parte. En la lucha por el maillot nacional más importante del planeta, se podía argumentar sobre las claras opciones de triunfo de Albert, si Pauwels podría dar el nivel de hace un mes o Peeters dar un paso más, pero siempre teniendo en cuenta que el ‘Kanibaal’ estaría en liza. Si Sven Nys habitualmente es candidato a ganar, con un ‘driekleur’ de por medio aún más, y no falló en el técnico circuito de Waregem y su zona de arena, donde fraguó la renta que le permitiría ponerse a tiro del récord de Roland Liboton.
Un triunfo en solitario muy similar al que pudimos ver en Francia, Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Gran Bretaña o República Checa, países en los que los números uno rompieron la carrera prácticamente desde el inicio y se llevaron el maillot con una autoridad incontestable. El primero de todos ellos fue Martín Bina, que aprovechó la ausencia de Zdenek Štybar para hacerse con su primer título a sus treinta años; y el último Jeremy Powers, a quien la desaparición de las nubes sobre el cielo de Boulder dio alas a su rodar de ‘passista’ sobre terrenos secos para reventar el grupo en el primer giro y a Ryan Trebon poco después. Checo y estadounidense fueron los únicos del grupo de “favoritos confirmados” que dejaron atrás a un campeón saliente, ya que Francis Mourey, Phillip Walsleben, Lars van der Haar e Ian Field simplemente revalidaron con su autoridad la titularidad de las prendas que habían vestido durante los últimos doce meses.

Con su 8º entorchado, Mourey pasa a la historia al superar en el palmarés a Eugène Christophe, André Dufraisse y Roger Rondeaux / Foto: Karim Edjekouane
No fueron los únicos en hacerlo. Marco Aurelio Fontana, Marek Konwa y Christian Helmig también consiguieron repetir el triunfo de la temporada precedente, pero añadiendo mayores dosis de suspense a la misma. El ‘biker’ transalpino, aunque salió con fuerza, no pudo sacudirse a los ciclistas del Selle Italia-Guerciotti y a Daniele Braidot hasta los últimos veinte minutos, en los que efectúo un cambio de ritmo demasiado fuerte para su archirival, Enrico Franzoi. Su homólogo polaco no esperó tanto, y en torno al ecuador de la prueba se desembarazó de un Mariusz Gil muy alejado de su mejores días; mientras el luxemburgués no tuvo la apacible marcha que esperaba ante el desparpajo mostrado por el corredor de Leopard, Massimo Morabito, quien supo aguantar su estela hasta los dos últimos giros. El luso Vitor Santos fue quien más difícil lo tuvo, y no fue hasta la última vuelta cuando Mário Costa cedió ante uno de sus demarrajes.
Como cierre cabe mencionar las victorias de Daniel Gesmayr, Rodger Aiken, Gabor Fejes, Bruno Radotic en los humildes campeonatos de Austria, Irlanda, Hungría y Serbia, quienes se unen a los Martin Haring, Geoff Kabush, Alex Revell, Alan Iacuone, Yu Takenouchi, Calle Friberg y Samuel Pökälä en la lista de campeones nacionales 2013/14.