@carlosbernabeu
En el año 2011, procedente de Euskaltel – Euskadi llegaba a Movistar Beñat Intxausti. Se le consideraba el vueltómano español del futuro, el referente cuando los Purito, Contador y compañía pusieran fin a sus carreras. Sendos podios en País Vasco y Asturias alababan tales sospechas. Un primer año difícil en el conjunto telefónico, marcado por el trágico fallecimiento de Xavi Tondo ante él, sembraba algunas dudas sobre futuro. En 2012 lideró por primera vez al equipo en el Giro e incluso sumó su primer top ten en una grande, siendo el mejor escudero de Valverde en la Vuelta. Señales que sin lugar a dudas invitaban al optimismo.
Esta temporada ha supuesto el espaldarazo definitivo a la confianza de Beñat Intxausti. Rindió bien, como siempre en la Vuelta al País Vasco, 8º y ayudando a Nairo Quintana a alzarse con la victoria. Tras finalizar 4º en la Klasika Amorebieta se plantaba en el Giro de Italia como líder de filas y con un buen bloque, buscando el top ten que solo una enfermedad le impidió conseguir en 2012. Mostró gran solidez durante las tres semanas y estremeció al mundo ciclista con su victoria de etapa en Ivrea y su dedicatoria a la memoria de Xavi; una victoria grande, atacando y resolviendo un grupo de calidad. Un merecido descanso llevaba al vizcaíno a preparar la Vuelta como ayudante de Valverde. Su papel decepcionante y su escasa presencia en carrera volvían a sembrar las dudas entre los más escépticos. Pocos sabían que el mejor momento de la temporada aún estaba por llegar.
Movistar encaraba el Tour de Pekín buscando ponerle el broche de oro a la temporada. Sabían que una victoria les situaría en lo más alto de la tabla del World Tour. Así pues, en el único final en alto de la ronda, Beñat supo aprovechar la ayuda de Rui Costa para hacerse con un triunfo de etapa por delante de Dan Martin que a la postre se convertiría en su primer triunfo en la clasificación general de una prueba World Tour. Misión cumplida pues, y nuestro protagonista demostraba que el límite de su crecimiento aún es desconocido.
De cara al año que viene nos espera saber qué papel tendrá Beñat Intxausti en un equipo en el que Valverde y Quintana se repartirán los galones de mando en las Grandes Vueltas. Necesitará estar bien apoyando a sus líderes y aprovechar las oportunidades que su calendario le brinde para brillar en solitario. El futuro de Intxausti es, como al principio de cada temporada, una total incógnita aunque sin lugar a dudas ha demostrado tener potencial para aspirar a conseguir muy buenos resultados. Dependerá de él asentarse en la élite y seguir dándonos alegrías.