Rui Costa era una de las piezas cotizadas en el mercado. Codiciado por sus resultados, codiciado por su progresión. El ciclista luso, uno de los mejores corredores en las dos últimas temporadas, aumentó sus pretensiones deportivas de cara a 2014 con un objetivo claro, ser líder en el Tour de Francia. Una aspiración que en Movistar Team tenía cerradas con Nairo Quintana y Alejandro Valverde. Pese a la insistencia del equipo en convencer al ciclista de que todavía no había llegado su momento para ser la referencia en la Grande Bouclé, Rui Costa decidió cambiar de aires. “Llevo cinco años muy feliz en el Movistar pero ha llegado el momento de cambiar de equipo. Quiero dar un nuevo rumbo en mi carrera deportiva y buscan una mayor libertad para desarrollar todo mi potencial” explica el ciclista luso en su web.

Ante este hecho su nombre comenzó a relacionarse a varios equipos. BMC, Ag2r-La Mondiale o Lampre-Mérida estaban en la órbita del luso. Lejos de las cuestiones económicas buscaba un proyecto deportivo donde poder disfrutar de un liderazgo que anhelaba en Movistar Team. Y ahí apareció Lampre-Merida un equipo que con la incorporación del gigante taiwanés de las bicicletas cuenta con mayores recursos económicos al que suma la necesidad de encontrar un corredor como Rui Costa. Una doble necesidad. A la cuestión deportiva se suma los intereses de Merida de contar con un corredor top que fomente su imagen en Asia.

Rui Costa, victorias y presencia para Lampre-Merida. (c) Movistar Team

Rui Costa, victorias y presencia para Lampre-Merida. (c) Movistar Team

Sorprendentemente solo firma por una única temporada con un motivo claro. “Creo que es lo más correcto y justo para ambas partes. Así tenemos la oportunidad de conocernos mejor. Es una manera de averiguar si este es el equipo correcto para mí y si yo soy el corredor para este equipo”. Con su fichaje se convierte en el líder de Lampre-Merida gracias a dos factores, su clara progresión y la decadencia de sus líderes.

Tres años de continua progresión

Ni el problema con la metilhexaneamina frenó la progresión de Rui Costa. Las tres temporadas en su segunda etapa en las filas de Movistar Team le han consolidado como una de las más firmes realidades del pelotón profesional, una segunda unidad de calidad dentro de la estructura de Eusebio Unzué que explotó en 2012 y se confirmó, y mejoró, en 2013.

Una progresión que ya demostró en su primera temporada en la estructura navarra, 2009, a donde llegó desde el Benfica donde obtuvo destacadas actuaciones en categoría sub23 como el segundo puesto en el Porvenir, Copa de las Naciones de Saguenay o quinto en el mundial en ruta y octavo en contrarreloj en Varese. En su debut, firmó la victoria en los Cuatro Días de Dunkerque y decimotercero en Suiza, dos ejemplos de su clara trayectorias ascendente en las vueltas por etapas.

La temporada siguiente siguió evolucionando hasta el positivo por metilhexaneamina. Sumó la victoria en Deia, sexto en Algarve, segundo en Dunkerque y logrando un parcial en Suiza, primer triunfo en el World Tour. Finalizado el Tour comenzó su sanción regresando a competir en las Ardenas de 2011. Dos semanas después ganó la Vuelta a Madrid y en el Tour de Francia alcanzaba su primer parcial, en Super-Besse, cerrando la campaña con una notable victoria en el GP de Montréal.

Pero donde demostró el salto de calidad fue en 2012, un año donde dio un paso adelante tanto en las vueltas por etapas como en las pruebas de un día. Resultados a lo largo de la temporada donde destaca la general de Suiza, el segundo puesto en Plouay o el tercero en Romandia; un rendimiento que explica el crecimiento que está obteniendo la presente temporada donde también destaca la mejora en contrarreloj al igual que unas mejores prestaciones sin olvidar un aspecto clave, la capacidad para rematar. La Klasika de Primavera, en Suiza o en el Tour donde sumó dos parciales trabajados.

Vueltas por etapas, las carencias de Lampre-Merida

Pese a los fichajes realizados para permanecer en el World Tour que en algunos casos ofrecían algo más que puntos, a Lampre-Merida le sigue costando ganar. No solo en número de victorias, también en calidad. Las vueltas por etapas son el aspecto más resentido en cuanto a sus resultados en las dos últimas temporadas. Tan solo cuentan con dos triunfos en dos años, los dos en el presente curso. La Settimana Internazionale y el Bayern-Rundfahrt de la mano de Diego Ulissi y Adriano Malori respectivamente.

Triunfos que se echan en falta en el World Tour donde solamente el parcial de Diego Ulissi en Madonna di Campiglio en la pasada Vuelta a Polonia es la única victoria en la máxima categoría del ciclismo profesional. Dos años de ausencia en generales desde que Michele Scarponi logrará, de rebote, el triunfo en el Giro de Italia; dos años de ausencias de victorias en grandes vueltas desde que en ese 2010, veintinueve triunfos, Francesco Gavazzi en Vuelta a España y Diego Ulissi y Alessandro Petacchi en el Giro de Italia.

Decadencia de sus líderes

La situación deportiva que atraviesan Damiano Cunego y Michele Scarponi, ambos con pie y medio fuera de la estructura de Beppe Saronni, ha sido la principal causa tanto de los pobres resultados cosechados como del principal motivo de incorporar a un corredor como Rui Costa. Destaca ante todo la mala temporada de Cunego; desaparecido salvo en la Settimana Internazionale donde alcanzó su único victoria y fue segundo en la general tras Diego Ulissi. El resto de calendario desaparecido dejando no solo un gran vacío en resultados para Lampre-Merida, sino también en cuanto a presencia en carrera.

Atrás quedaron los años de gloria para Scarponi y Cunego. (c) Lampre-Merida

Atrás quedaron los años de gloria para Scarponi y Cunego. (c) Lampre-Merida

Distinta es la situación de Sarponi que pese a mantener una línea de resultados –cuarto en el Giro, tercero en la Volta, quinto en Lieja- pero al que se le resisten las victorias. A ello suma el caso de Padova le aleja de una posible renovación con su actual formación vinculándose su nombre a la Cannondale o Astana como principales equipos que pueden acabar acogiendo al escalador de Jesi.