El octavo mes del año recobra el auge de la competición después de un mes de julio presidido por el Tour de Francia y la hegemonía que tiene sobre el resto de calendario. Una vez finalizado, las pruebas florecen de nuevo para dar paso al último tercio de la temporada. Un mes capitaneado por la Vuelta a España, vueltas por etapas del nivel del Tour de Benelux, Burgos o Portugal y clásicas que salpican treinta y un días sin descanso.

Europa, cuna del ciclismo, es el principal foco de atención del calendario. En un segundo plano, emergiendo temporada tras temporada, aparece Estados Unidos y Canadá. Las pruebas norteamericanas irrumpen con fuerza. Intereses comerciales inundan las tres rondas que datan en agosto en un perfecto encadenado para sumar días de competición en uno de los países con más proyección tanto a nivel deportivo como a nivel económico. Carreras y patrocinadores comienzan a hacerse fuertes en un ciclismo global.

El Tour of Elk Grove, creado en 2006, inaugura este particular tríptico estadounidense. La prueba, a pesar de contar con categoría 2.1, es la de menor nivel. Tres etapas, la primera una contrarreloj individual, confirman la carrera de Illinois que contará con nueve equipos en un pelotón donde destaca la presencia de Cannondale con Stefano Agostini y Elia Viviani a la cabeza. Junto a ellos tomará partida el MTN-Qhubeka con Kristian Sbaragli como opción más sólida para el triunfo y los dos equipos estadounidenses de categoría Profesional Continental, Team Novo Nordisk y UnitedHealthcare.

Cuatro días después de su conclusión, del 6 al 11, llega el primer plato fuerte. El Tour of Utah (2.1) ofrece seis días de competición donde a la exigencia del trazado -protagonismo de la montaña en todas las etapas- se une un mayor nivel en los diferentes planteles. Hasta cinco formaciones del World Tour se darán cita -RadioShack-Leopard, Garmin-Sharp, BMC, Orica-GreenEDGE, Cannondale- a las que se añaden los ocho equipos con más ranking de Estados Unidos, MTN-Qhubeka, Champion System y el Funvic Brasilinvest.

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Una imagen cada vez más usual en el calendario. (c) USA Pro Challenge

Cierra el tríptico la prueba de mayor nivel. La tercera edición del USA Pro Challenge (2.HC) mejora sustancialmente a las anteriores. Siete días de competición con un recorrido más equilibrado donde la cronoescalada a Vail y los finales en Breckenride y Beaver Creek serán las jornadas decisivas, siete equipos World Tour estarán en la salida. Sky Procycling, Argos-Shimano y Team Saxo-Tinkoff se unen a los equipos americanos -Cannondale, BMC, RadioShack-Leopard y Garmin-Sharp- en la lucha por sumar la victoria en la prueba con mayor ranking del continente junto al Tour de California donde también destaca la participación del Team Colombia, segunda experiencia en una prueba americana después de California la pasada temporada.

Canadá recoge el testigo

Tres semanas después del USA Pro Challenge, Canadá recibe la máxima competición con dos pruebas del circuito World Tour. Las boyantes pruebas de Québec y Montreal acogen a buena parte de los corredores que ultiman su preparación para la cita mundialista que escogen un calendario alternativa a la disputa de la Vuelta a España, gran perjudicada de la irrupción del calendario norteamericano.

Ambas citas, que acogerán su cuarta edición, unidas al Challenge Sprint Pro verán como con anterioridad se estrena una prueba que nace con el deseo que unir el calendario de Estados Unidos al de Canadá. Del 3 al 8 de septiembre dará cita la primera edición del Tour of Alberta. Un prólogo y cinco etapas en línea formarán un cita que demuestra la creciente expansión del ciclismo en Norteamérica. Quince formaciones compondrán el primer pelotón en la región central de Canadá. Garmin-Sharp, Cannondale, BMC, Argos-Shimano y Orica-GreenEDGE estarán acompañados por Belkin Pro Cycling que pese a contar con un patrocinador californiano hará su debut como tal olvidándose de las tres pruebas estadounidenses.

En total treinta días de competición que temporada tras temporada aumentan su nivel de participación siendo una alternativa real a la vieja Europa. Frente al ocaso de muchas, las pruebas americanas se encuentran en una boyante situación que puede ser la partida para que, como Alberta, nuevas citas se unan para formar un sólido puente entre ambos continentes.