La carrera de un día más importante del calendario español no decepcionó. Tampoco lo hizo el doble paso por Jaizkibel y Arkale, introducido hace unas temporadas. El primero acercó a una fuga, compuesta por Kaisen (Lotto – Belisol), Krizen (Cannondale), Aramendia (Caja Rural) y Wackerman (Lampre – Merida), que llegó a alcanzar más de once minutos tras formarse en los primeros kilómetros con cierta facilidad. El principio del recorrido, yendo desde San Sebastián por Orio para luego luego adentrarse por Guipuzcoa para volver hasta Donostia, no dio más que una persecución esperaba entre grupo y fuga.

El primer paso por Jaizkibel dejaba a Kaisen, Krizen, Aramendia y Wackerman con apenas 3’ de ventaja mientras Movistar comenzaba a moverse. Jesús Herrada, muy activo el jueves en Ordizia, atacaba junto con Mikel Astarloza (Euskaltel – Euskadi) llegando a Arkale. Allí solo formaban la cabeza Krizek y Wackerman con apenas 40 segundos sobre el grupo. El ataque de Herrada y Astarloza formó un grupo del que también formaban parte hombres como Sylvain Chavanel (Omega Pharma – Quick Step).

Al comienzo del segundo y definitivo paso por Jaizkibel, Movistar hacía su apuesta atacando con José Herrada, Nairo Quintana y Alejandro Valverde. La iniciativa de los navarros concluían con la fuga de inicio y con el grupo intermedio, dejando en cabeza a Valverde, Quintana, Moreno Moser (Cannondale), Tony Gallopin (Radioshack Leopard), Roman Kreuziger (Saxo Tinkoff), Yannick Eijssen (BMC) o Joan Antoni Flecha). A ellos se les sumaban otros corredores como Landa, Nocentini, Jeanesson o Roche.

Coronando Jaizkibel Kreuziger, quinto en la general del Tour de Francia, lo intentaba en el descenso, pero Valverde cerraba su intento volviendo a unir el grupo camino de Arkale. En la transición entre las dos subidas, Chavanel y Astarloza primero, y Nieve, Pieter Serry (OPQS) y Bob Jungels (Radioshack Leopard) después se juntaban en cabeza de carrera. Cuando lo hicieron estos últimos, ya en el comienzo de Arkale y a unos 15 kilómetros de meta, atacaba Tony Gallopin. El francés hacía su apuesta de forma inteligente y sabiéndose uno de los más fuertes (junto con Valverde y Kreuziger).

Las dudas del grupo, en el que solo reaccionaron Landa y Roche, serían la vida de Gallopin camino del Boulevard. Kreuziger y Valverde redujeron su ventaja en la cima de Arkale, pero sumándose a ellos Landa y Roche, así como Nieve, la caza se hizo de forma ordenada pero no decidida. Gallopin bajaba con precaución pero sin dejar de empujar en los repechos que aproximaban a los corredores a San Sebastián.

Miracruz solo invitó a los perseguidores a reducir hasta los 14 segundos la ventaja del corredor de Radioshack Leopard, que habían llegado a estar por encima de los 20. La entrada en el último kilómetro tras dejar atrás el Kursaal confirmaban su ventaja y su posterior victoria, en solitario y demostrando una calidad que ya se le intuía. Era de los tres más fuertes y aprovechó la vigilancia de los otros dos para atacar en el momento preciso. Tras él llegaron Valverde, segundo en meta, y Roman Kreuziger.

Tony Gallopin

Foto de Renaat Schotte