El domingo cuatro de Abril se disputará la edición número 95 de esta carrera, que este año constará de 256 kilómetros entre las localidades de Oostkamp y Ninove. Los primeros 120 kilómetros serán prácticamente llanos con algunos pequeños tramos de pavés, y es a partir de ahí donde comienza de verdad la carrera, con las primeras ascensiones de cierta entidad. Si hay algo que caracteriza a esta carrera son sus Bergs o Muurs, cortas ascensiones adoquinadas con grandes pendientes capaces de desarmar a un pelotón cómo si fuesen el Tourmalet, a pesar de que la mayoría no llegan al kilómetro de ascensión. Dos de estos muros destacan por encima del resto, por lo que nos detendremos brevemente en ellos:

Koppenberg: El caos absoluto, como bien ilustra la imagen que acompaña estas líneas. Sólo 600 metros de largo pero en ellos los ciclistas deben superar un desnivel medio de más del 11%, llegando a superar el 22 por ciento en algunos puntos. Este muro se introdujo por primera vez en 1975 manteniéndose hasta 1987, año en el que un coche de la organización “atropelló” a Jesper Skibby después de que este no pudiese mantener el equilibrio en sus durísimas rampas, lo que provocó su retirada de la carrera hasta el año 2002 en el que se volvió a subir después de una larga espera y previo remodelamiento. Desde entonces se ha subido en todas las ediciones excepto en el 2007, siendo habituales las escenas de los ciclistas subiéndolo a pie después de haber tenido que hechar pie a tierra, ya que una vez en el suelo es prácticamente imposible volver a retomar la marcha. Lo dicho, es un muro en el que es complicado ganar la carrera dada su lejanía a meta, pero si un lugar en el que es muy fácil perder toda posibilidad de victoria.

Ronde van Vlaanderen

El Koppenberg en todo su esplendor

Muur van Geraardsbergen: Más conocido cómo el Kapelmuur, es el lugar más emblemático de la carrera y por ende uno de los símbolos del ciclismo mundial. Lugar de peregrinación de todo amante del ciclismo que se precie, en su cima se congregan todos los años multitud de aficionados venidos de todo el mundo dotando a la carrera de un colorido especial, destacando sobre todas las banderas e insignias regionales el clásico León de Flandes sobre fondo amarillo. Se subió por primera vez en 1950 y desde 1981 de forma interrumpida, y en él hemos visto algunas exhibiciones de los más grandes, siendo la subida del año pasado de Cancellara la más fresca en la memoria del aficionado sin desmerecer las brutales ascensiones en los últimos tiempos de Bartoli y Ballan en 1996 y 2007 respectivamente. La distancia desde la capilla a meta suele ser bastante reducida, por lo que es en sus rampas donde se suele decidir la carrera, siendo prácticamente imposible hacerte con la victoria si no coronas en el grupo de cabeza. Todos lo años se reunen en sus faldas un grupo de exaltados de esto de las dos ruedas, bautizados por Parlamento Ciclista cómo “Los Pirados de la Capilla” y que representan mejor que nadie lo que significa esta carrera y este lugar en particular para el flamenco medio, una parte importante de su historia en una región que respira ciclismo por los cuatro costados.

Ronde van Vlaanderen

La capilla más famosa del ciclismo mundial

Pero estas no son todas las subidas de la carrera, pudiendo nombrar entre otras también el Oude-Kwaremont, el Paterberg o el Bosberg, para un total de dieciocho muros a subir este año. Como nota histórica señalar que estos muros comenzaron a ser parte importante de la carrera después de la Segunda Guerra Mundial, cuando a falta de buenas carreteras los organizadores tenían que hacer subir a los ciclistas por estos caminos pobremente adoquinados. Cuando se empezaron a asfaltar a partir de los años 50 muchas de las carreteras utilizadas estos Bergs ya se habían convertido en parte indispensable de la carrera, por lo que los directores de la prueba volvieron su mirada hacia el Flandes más interior, buscando en los caminos más recónditos para poder seguir haciendo que la carrera transitase por esta mezcla de adoquines, carreteras estrechas y subidas cortas con grandes pendientes que han permanecido hasta hoy como seña de identidad de la Ronde van Vlaanderen. Listado de muros:

1. Tiegemberg: 5,6% de pendiente media con picos del 9, 750m de subida

2. Nokereberg: 5,7% de pendiente media con picos del 7, 350m de subida (350 de ellos adoquinados)

3. Rekelberg: 4% de pendiente media con picos del 9, 800m de subida

4. Kaperij: 5,5% de pendiente media con picos del 9, 1000m de subida

5. Kruisberg: 6,5% de pendiente media con picos del 9, 1000m de subida (500 de ellos adoquinados)

6. Knokteberg: 8% de pendiente media con picos del 13, 1100m de subida

7. Oude Kwaremont: 4% de pendiente media con picos del 11,6, 2200m de subida (1500 de ellos adoquinados)

8. Paterberg: 12,9% de pendiente media con picos del 20,3, 360m de subida (360 de ellos adoquinados)

9. Koppenberg: 11,6% de pendiente media con picos del 22, 600m de subida (600 de ellos adoquinados)

10. Steenbeekdries: 5,3% de pendiente media con picos del 6,7, 700m de subida (700 de ellos adoquinados)

11. Taaienberg: 6,6% de pendiente media con picos del 15,8, 530m de subida (520 de ellos adoquinados)

12. Eikenberg: 6,2% de pendiente media con picos del 10, 1300m de subida (1200 de ellos adoquinados)

13. Molenberg: 7% de pendiente media con picos del 14,2, 463m de subida (300 de ellos adoquinados)

14. Leberg: 4,2% de pendiente media con picos del 13,8, 950m de subida

15. Valkenberg: 8,1% de pendiente media con picos del 12,8, 540m de subida

16. Tenbosse: 6,9% de pendiente media con picos del 8,7, 450m de subida

17. Kapelmuur: 9,3% de pendiente media con picos del 19,8, 1075m de subida (475 de ellos adoquinados)

18. Bosberg: 5,8% de pendiente media con picos del 11, 980m de subida (400 de ellos adoquinados)

Desde el Bosberg a meta sólo restarán 12 kilómetros muy favorables hasta meta para coronar al vencedor en Meerbeke. Se mantiene el gran acierto del año pasado de meter al Molenberg (lugar elegido por Cancellara para reventar la carrera) entre la concatenación Kwaremont-Pateberg-Koppenberg y la del Kapelmuur-Bosberg, además de algunos tramos extras de pavés entre esos muros que dificultarán los reagrupamientos y propiciarán el espectáculo. Esta zona media suele ser un buen escenario para los movimientos tácticos de los diferentes equipos que esperan alzarse con la victoria, lo que unido a los frecuentes pinchazos y problemas mecánicos hacen que sea necesario una buena dosis de suerte para poder vencer en esta prueba. Se espera además tiempo fresco y lluvioso, por lo que tenemos todos los ingredientes necesarios para ver una grandísima carrera el domingo, sólo hace falta que los corredores pongan de su parte y podamos disfrutar de una de las mejores tardes ciclistas del año.

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Recorrido Tour de Flandes 2011

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