Por Ainara Hernando

Vive le Tour de France! Saludos a todos desde Marsella, después de muchas horas despierta al fin dando las últimas teclas del día para contaros, ‘la primera vez de la primera vez’. Todo eso que dicen de la grandeza del Tour, de lo gigante que es todo esto, creéroslo. Es completamente cierto. Al menos, esa ha sido la primera impresión. Cuando restaban unos 70 kilómetros para el final de la etapa Jesús Rubio, fotógrafo de AS ha gritado en la sala de prensa un “yo me voy a la meta ya. Venga ven, y te la enseño”. Reconvertido en guía turístico mientras nos poníamos al día desde la última carrera en la que habíamos coincidido, hemos accedido a la zona vallada.

“Mira, éstos son los estudios de televisión francesa. Y ese camión que ves más allí también”,

iba explicando él.

“¿Ves aquel otro? Pues ahí es donde van al catering los de la televisión francesa”.

“Y ese otro es el de la RAI”.

“Y ya verás cuando nos encontremos con el de la NBC…. ¡MÍRALO, MÍRALO! Ahí detrás, ¿te has fijado? De tres pisos, con el plató abajo y arriba se ve hasta la ropa que se tienen que cambiar”.

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Por un momento, la sensación era de estar en medio de unos estudios de televisión al aire libre más que en la zona de meta de una carrera, filas y filas de camiones y unidades móviles de televisión a un lado de la meta, ¿esto es el Tour? ¡Esto es el Tour! “Y prepárate cuando lleguen los corredores, en la zona mixta no vas a poder estar y si te quedas donde la televisión detrás de las vallas te cerrarán el paso y no podrás salir a la carretera cuando ellos lleguen”, avisaba. Al menos en eso ya iba pareciéndose al resto de carreras.

Arriesgamos al final a quedarnos dentro de la zona de vallas, viendo la etapa hasta la misma llegada y sin que nos echaran. Y echando a correr detrás, primero de Contador, después de Purito y luego, a esperar a los heridos. Nairo Quintana, embarrado y quejándose de una mano, “pero esto no es nada”, aclaraba. Mikel Astarloza, con la parte superior del cuadro de su bicicleta roto y la pierna sangrando, “Chapa y pintura. Esperemos”. Y entre las idas y las vueltas, los saludos claro, los gritos, las carantoñas y alguna que otra sonrisa con un “ya estamos aquí” mientras hacían su entrada en meta. Lo mejor del día al fin y al cabo, el reencuentro con la familia ciclista.

En Ruta es un blog que Ainara Hernando escribirá

para Cobbles & Hills durante todo el Tour de Francia de 2013