Como cada temporada, la llegada oficial de la estación estival trae consigo novedades en forma de cambios de maillots en el pelotón. No, en este caso no nos referimos a la entrada de Belkin como patrocinador de la estructura que durante tantos años recibió el nombre de Rabobank, sino a lo habitual orgía de carreras que por toda Europa y parte del ‘extranjero’ han coronado a los nuevos campeones nacionales, que en la mayoría de los casos cambiarán la prenda habitual de su equipo por la orgullosa bandera nacional dibujada sobre su torso. Ese es el caso del Jesús Herrada, quien a sus apenas 22 años ya puede presumir de lucir la rojigualda en su pecho, gracias a la consolidación de un ataque en los últimos metros ante el que nada pudo hacer Ion Izagirre, dando lugar a un podio que ayuda a confiar en el relevo generacional de las grandes estrellas que a partir del sábado lucharán por derrocar a la todopoderosa Sky en el Tour de Francia.
Pero antes de la llegada final a Bembibre, Italia había dado el pistoletazo de salida en el Trofeo Melinda, que cambiaba sus fechas habituales para acoger la lucha por la tricolore que dio a Ivan Santaromita la victoria más importante desde que pasara a profesionales en 2006. A pesar de correr prácticamente como isolé, supo entrar en el corte determinante que se formó en el tramo final y superar en la difícil llegada a Davide Rebellin y Michele Scarponi. Otros que dio un paso adelante en su trayectoria con su victoria fue el francés Arthur Vichot, quien se valió de la superioridad numérica de FDJ para rematar en los últimos metros a Sylvain Chavanel y Tony Gallopin tras rodar a su rueda en el último tramo de competición; y Johnny Hoogerland, que al fin vio como su ambición y combatividad era premiada con una victoria de prestigio sobre Sebastian Langeveld y Tom Dumoulin. Vladimir Isaychev, rematando un corte de seis corredores en el que le acompañaban otros tres Katusha en Rusia; Alexandr Dyachenko, demostrando galones en la prueba kazaja por delante del equipo continental casi el pleno; Michael Schär, superando a Martin Elmiger en su escapada en Suiza; y sus tocayos Mørkøv, siendo el más rápido en el sprint tras una carrera loca en Dinamarca; y Olsson, aprovechando la parsimonia del pelotón en Suecia también han dado lustre a un palmarés hasta ahora escaso en ruta.
Una lista de campeones de serie B que continúa en otros países de contrastado nivel como Portugal, Bielorrusia o Eslovenia, donde las sorpresas vinieron a manos de otros jóvenes valores como Jóni Brandão, Andrei Krasinilkau y, sobre todo, Luka Pibernik, quien a pesar de ser prácticamente un adolescente, fue el más fuerte en el duro circuito de Gabrje tras aguantar todo el día en fuga con hombres del nivel de Jure Golčer y Matej Mugerli, sus acompañantes a la postre en el podio, del mismo modo que había hecho sus coétaneos luso y ex-soviético. Lo que no se puede considerar llamativo a pesar de la juventud de los protagonistas son los resultados de los campeonatos polaco, luxemburgués, eslovaco y austriaco, que tuvieron como ganadores a pro’s Michał Kwiatkowski, Bob Jungels, Peter Sagan y al codiciado Riccardo Zoidl. Mientras los dos primeros últimos consiguieron vencer gracias a un ataque en los últimos kilómetros que les permitió llegar con ventaja a la línea de meta, los otros no pudieron vencer de formas más diferentes. El corredor del Team Gourmetfein-Simplon realizó una exhibición escapándose de inicio y dejando en la cuneta a rivales como Stefan Denifl o Georg Preidler, cuando el último vert simplemente se dejó llevar hasta un final en el que humilló a sus rivales, incluido un Jan Bárta que conseguía el maillot checo en el campeonato conjunto.
No obstante, no fueron solo bisoños mozuelos los que se vistieron con los tonos nacionales, sino que hubo varios corredores experimentados y de reconocida calidad que impusieron su talento en sus respectivos países. Así, Mark Cavendish, Thor Hushovd y André Greipel sumaron una muesca más a su extenso palmarés con la casaca patria, aunque sólo el teutón lo logró en la suerte que les ha dado la fama a los tres, ya que el manés remató un corte de seis hombres que abrió hueco sin remedio desde los primeros compases y el de Grimstad venció en su casa al aguantar hasta el final un ataque lejano. Pero todos estos triunfos palidecen ante el conseguido por Stijn Devolver en el campeonato belga, que por recorrido y por rivales apunta a ser el más meritorio entre todos lo vistos durante este fin de semana. Tras temporadas completamente defenestrado y sumido en el anonimato del pelotón, sacó de sí mismo aquellas lejanas piernas que le valieron dos De Ronde para, con un ataque en el penúltimo paso por la subida del circuito, irse en solitario hasta meta.

BMC fue uno de los grandes ganadores del fin de semana, con Schär (foto), Santaromita y Hushovd / radsport-aktiv.de
Hubo otros ilustres miembros de la primera y segunda división que consiguieron ganar durante la tarde de ayer, aunque en países de tercera y cuarta fila en lo que al ciclismo se refiere. Robert Kiserlovski se hizo con el maillot ajedrezado de su Croacia natal tras un ataque en los metros finales que le ayudó a mantener su hermano; Tomas Vaitkus, Rein Taaramäe y Aleksejs Saramotins consiguieron los trofeos bálticos al rematar escapadas en las que otros conocidos como Ignatas Konovalovas al lituano y Gatis Smukulis al letón fueron los únicos que plantaron cara; Ioannis Tamouridis repitió doblete sin problemas en Grecia; Matt Brammeier logró su cuarto título consecutivo aprovechando su punta de velocidad; Yukiya Arashiro, sin rival el Japón; y Zachary Bell se impuso en el nacional canadiense tras una dura pugna por las colinas de Beauce que acabó con el valiente Christian Meier y le llevó al exitoso sprint.
Por último, cabe nombrar a exóticos ganadores como Dennis Kostyuk (Ucrania), Ivan Stević (Serbia), Shahrul Mat Amin (Malasia), Ghader Mizbani (Irán), Ji Ming Jung (Corea del Sur), Abdelati Saadoune (Marruecos), Luis Dávila (Méjico), Eduin Becerra (Venezuela), Kristian Lovassy (Hungría), Muradjan Halmutarov (Uzbequistán), Samir Jabrayilov (Azerbaiyán), Alexandr Braico (Moldavia), Nazım Bakırcı (Turquía) o el hispano Diego Milán (República Dominicana).