Sumida en una crisis galopante que la hizo pasar de la hegemonía mundial a quedarse en un tercer plano, la cantera francesa recupera el aliento en los últimos años para eregirse, de nuevo, como una de las más proliferas. Un factor es, fundamentalmente, clave; la crisis, de momento, es esquiva al ciclismo francés. A día de hoy es el país con más días de competición a lo que suma nueve equipos en la élite; dos estructuras en el World Tour, cuatro en categoría Profesional Continental y tres formaciones continentales dan salida a la cantera.
En la pasada temporada vimos como la velocidad francesa regresaba a la primera plana. Tres nombres contribuyeron a resurgir una especialidad donde los Sebastian Chavanel, Jimmy Casper, Lloyd Mondory, William Bonnet, Anthony Ravard o Sébastien Hinault necesitan un relevo generacional. Un relevo que, además de rejuvenecer, mejoraba considerablemente tanto la calidad como el talento. Arnaud Démare, Nacer Bouhanni y Adrien Petit se convirtieron en la savia nueva. Una nueva oleada de velocistas que en su primera etapa profesional asombró por la cantidad de victorias conseguidas así como por la calidad de las mismas.
A ellos esta temporada se ha sumado un nuevo nombre. Bryan Coquard (Saint-Nazaire, 1992) sigue el camino que ha marcado del trío; tres corredores que comparten muchas similitudes pero de las que el sprinter del Europcar se demarca. Mientras Démare, Bouhanni y Petit han cumplido su formación en ruta, Coquard llega al pelotón procedente de la pista. Mientras unos sumaban el campeonato mundial sub23 el otro acumulaba varios títulos mundiales con un éxito que deslumbra en su palmarés, la plata olímpica conseguida en la prueba del Omnium donde sólo dos puntos le separaron del oro del danés Lasse Norman Hansen.
En ruta no se quedaba atrás. Victoria en Berlín por delante de nombres como Wouter Wippert, uno de los cuatro triunfos que sumó en ruta. El triunfo en la prueba germana fue el mejor de la temporada. Un año marcado, además del éxito olímpico, por un fallo en el Mundial sub23. Cerrado por las primeras plazas del selectivo grupo que accedió a la lucha por la victoria final, su remontada sólo alcanzó la segunda plaza; el kazajo Alexei Lutsenko logró el oro por el otro costado. Una plata con sabor agridulce.
Las diferencias que acumulan en la formación y especialidad se concentran a la hora de definirles como ciclistas. Dos años entre unos y otros para, en cualquier caso, un futuro prometedor que ha comenzado a labrarse desde muy pronto. Mientras a Petit y Bouhanni les costó más el paso al profesionalismo, Démare y Coquard empezaron con buen pie su trayectoria en la máxima categoría del ciclismo. El ciclista de la FDJ sumó un total de seis victorias en su primer año pro siendo una de las sensaciones del pelotón; el de Europcar se ha convertido a base de victorias en uno de los nombres propios de la temporada.
La Estrella de Bessèges, primera vuelta por etapas del calendario europeo, comprobó la irrupción del velocista bretón. Cinco días de competición, dos victorias. La primera de ellas incluso sorprendió; fue tal la ventaja que logró en el sprint que la foto tomada en meta pareció que en la resolución de la misma un fugado llegaba victorioso a meta con el pelotón pisándole los talones. Nada más lejos de la realidad. La potencia trabajada en la pista no encontró rival. Un arranque imparable para el resto de rivales. Idéntico final en el cuarto parcial; la pasmosa superioridad volvía a situar su nombre en la plana ciclista. El comienzo de temporada ya tenía su nombre propio.
Su figura se aleja de la clásica estampa de un velocista grande y corpulento. Físicamente tiene unas condiciones para brillar con luz propia; no alcanza el metro setenta de estatura y apenas llega a los sesenta kilogramos. Potencia y aceleración para un óptimo peso que le puede hacer destacar también en finales con pendiente ascendente.
Con todavía un largo porvenir por labrar es difícil hablar de las metas que puede alcanzar. La participación reunida en Bessèges y la altura de la temporada en que se encuentra ensombrecen dos prometedoras victorias. De momento seguirá su etapa profesional con una plata olímpica, dos campeonatos mundiales juniors, un campeonato europeo y cinco títulos nacionales en pista, casi nada.