Sesenta y cuatro años. Esa es la edad que cumplen en este 2013 los Campeonatos de Mundo de ciclocross que, por primera vez en su ya añeja vida, abandona la seguridad de Europa y se embarca hacia su contraposición al otro lado del Atlántico, dispuesto a descubrir esta especialidad más allá del viejo continente dando una patada a una puerta que ya está entreabierta en el territorio yankee. Un Mundial que es histórico antes incluso de que ni siquiera los protagonistas lleguen a Louisville, ciudad encargada de hacer ver que el largo transbordo no ha sido baldío y que los mundiales también tienen cabida más allá de la punta de Finisterre, que cambiará durante un fin de semana a caballos y jockeys por bicicletas y crossers. Y es que la ciudad más importante de Kentucky es la centenaria sede del famoso Derby.
La experiencia de la ciudad en eventos de esta índole se trata, por tanto, de uno de los grandes avales de la organización para asegurar el éxito de unos campeonatos que estarán apoyados a su vez por una gran inversión económica. Ésta se ve reflejada con la disputa de los mundiales en categorías máster los días precedentes, y en el tremendo esfuerzo en términos de social media con un Twitter tremendamente activo desde meses antes y la emisión en streaming vía Youtube de todas las carreras; y sobre todo por el boom por el barro que está atacando virulentamente en los últimos años las tierras de Washington, Lincoln y Jefferson. Como dato del emergente interés por el ciclocross allende los mares, basta mencionar que entre 2005 y 2011 se han triplicado tanto el número de carreras internacionales como el número de licencias.
Sin embargo, no se alcanza ninguna victoria sin zancadillas por el camino, y en este caso la organización se ha chocado de bruces con la tremenda tara de la participación, ya que únicamente 45 ciclistas formarán en la parrilla de la prueba reina y 153 competirán en las cuatro pruebas del fin de semana. Los tremendos costes que supone el viaje hasta los Estados Unidos ha provocado que la mayoría de selecciones no acudan con el máximo de cinco o seis ciclistas con los que acostumbraban a acudir a las praderas europeas y solo se citen con sus grandes nombres en la que se conoce como ciudad del sur más norteña (o la ciudad del norte más sureña).
El caso más sangrante de esta situación es posiblemente el español, cuya delegación (formada por Javier Ruiz de Larrinaga, Aitor Hernández y el sub23 Jonathan Lastra) acude gracias a la inversión de sus patrocinadores privados, ante la decisión tomada en verano por la federación de no cubrir los gastos del mundial de ciclocross.
Pese a esta problemática, prácticamente todos los grandes aspirantes a conseguir el arcoiris ya han cruzado el oceáno para buscar la gloria que reafirme una brillante temporada o que salve los muebles de una campaña negra en un campeonato universal que se presenta de antemano como la gran oportunidad de Kevin Pauwels o Lars van der Haar de alzarse a lo alto del mundo ante la sencillez de un circuito tan típico americano que veremos si su armada nacional, encabezada por Jeremy Powers, es capaz de dar la sorpresa y robar alguna plaza del podio al vigente campeón, Niels Albert, o a un Sven Nys que busca otro año más romper su maldición con la carrera más importante del invierno.
No serán ni mucho menos los únicos nombres a etner en cuenta durante el fin de semana, ¿hasta dónde serán capaces de llegar los ‘tricolores’ Klaas Vantornout y Francis Mourey? ¿Refrendarán Marianne Vos y Mathieu van der Poel el dominio que han demostrado a lo largo de la temporada en las campas europeas y revalidarán sus respectivos títulos? ¿Podrá Julian Alaphilippe contra el temible ejército presentado por belgas y neerlandeses?
Las respuestas a todos estos interrogantes se desvelarán a lo largo de este fin de semana. Un fin de semana que en primer momento se esperaba con un cínico y marcado escepticismo por parte de los protagonistas, que con el paso de los meses se ha tornado en expectación y, sobre todo, el reconocimiento de la necesidad de este evento para fomentar el crecimiento de este maravilloso deporte en el país más importante del mundo. ¡Qué así sea!