Una de las cuestiones derivadas del gran problema del ciclismo, el dopaje, son los reajustes que se realizan en las clasificaciones finales de las pruebas cuando alguno de los corredores del podio da positivo. Lo vivió Pereiro en el Tour de 2006 cuando el americano Landis dio positivo por Testosterona y lo ha vivido el protagonista del artículo de hoy, el por ahora último corredor que ha tenido que sufrir una larga y tediosa espera para poder recibir el premio que merecía. Pero afortunadamente esa espera ha finalizado, puesto que el pasado 31 de enero en Moscú, en la presentación del equipo Katusha, el ruso recibía la medalla de bronce que le pertenece tras la descalificación de Rebellin, que dio positivo por CERA. De esta manera empieza la temporada 2011 para Kolobnev, que no podía empezar de mejor manera.
Alexander Kolobnev es uno de esos corredores especiales del pelotón, uno de esos corredores que tienen ese “algo”, que son capaces de grandes gestas y que pueden llegar a ser muy grandes, pero su gran problema es su irregularidad. Durante varios años, el ruso solamente se centraba en los Mundiales de Ciclismo, prueba en la que destacaba y dejaba ver su verdadero nivel, pero durante el resto de la temporada estaba completamente desaparecido. Por suerte, Kolobnev ha conseguido dar un paso más y asentarse dentro de los favoritos para conseguir grandes cosas durante la primavera, y este debe ser el año que le asiente definitivamente como estrella de las clásicas.
Kolobnev entra al profesionalismo en el equipo Acqua e Sapone en el año 2002, pero no consigue ningún resultado destacable y es fichado por el Domina Vacanze en el año 2003 donde ya empieza a dejar muestras de su gran calidad consiguiendo un 5º puesto en la Flecha Valona, que se llevaría Astarloa. En su segundo año ya comenzarían a llegar los grandes éxitos, aunque todos ellos a nivel nacional. Primero conseguiría ser campeón de Rusia, para posteriormente conseguir un gran décimo puesto en las Olimpiadas de Atenas, donde Bettini consiguió la medalla de Oro. En 2005 firma por Rabobank donde pasaría dos temporadas en las que no haría nada reseñable a excepción de su gran actuación en los Mundiales de Madrid, donde conseguiría un buen 7º puesto, corroborando así su condición de ciclista que destaca mucho más en las pruebas en las que representa a su país.
Ante este panorama, Kolobnev se va de Rabobank y recala en las filas del Team CSC y en 2007 se repite la historia. Kolobnev no hace mucho durante el año para lo que se espera de un corredor de sus características (una etapa de Paris – Niza y la Montepaschi Eroica) mientras que en los Mundiales de Stuttgart es nada menos que segundo por detrás de Bettini y por delante del tramposo Schumacher. ¿Y en 2008? Lo mismo. Prácticamente nada durante el año (2º puesto en la Clásica de San Sebastián) y en los Juegos Olímpicos con Rusia consigue el 3º puesto comentado al inicio del artículo tras la exclusión de Rebellin.
Ante este panorama es muy difícil que un equipo apueste por un ciclista que duplica o triplica su rendimiento cuando viste el maillot de su país, pero los directores de los equipos saben el talento que tiene, por eso Riis decide renovarle una temporada más, y esa confianza es asumida por Kolobnev que hace un 2009 muy bueno, aunque sin llegar a las expectativas que tiene un corredor que tiene dos medallas entre Mundiales y Juegos Olímpicos. Consigue dos top-ten en el tríptico de las Ardenas (6º en AGR y 9º en LBL) y un 3º puesto en Lombardía, pero como no podía ser de otra forma su mejor actuación es en los mundiales de Mendrisio donde consigue ser 2º de nuevo por detrás de Cadel Evans.
La fuerza que adquiere en el pelotón un equipo ruso como es el equipo Katusha hace que Kolobnev deje las filas del Saxo Bank y se marche a las filas del equipo dirigido por Andrei Tchmil, pero su actitud no cambia demasiado, aunque va consiguiendo buenos resultados en otras pruebas. 2º en Lieja por detrás de la exhibición de Vinokourov y un buen Tour de Francia, destacando especialmente su gran actuación en el Tourmalet en una fuga con Burghardt. Y no mucho más. Por otra parte, sí que consigue llevarse nuevamente el maillot de campeón ruso fácilmente y consigue quedar 7º en los Mundiales de Geelong, que en teoría era un recorrido para passistas.
Con este palmarés y esta trayectoria encara Alexander Kolobnev su 10º temporada en el ciclismo profesional. Su palmarés todavía tiene que mejorar, ya que fuera de Mundiales, Olimpiadas y Campeonatos Nacionales no ha conseguido una victoria importante. Camino de los 30 años y con un palmarés que muy pocos tienen, aunque no puede estar satisfecho, ya que él sabe que tiene calidad para más, para mucho más. Nunca se sabe lo que hubiera pasado si en sus equipos hubiera rendido igual que rinde con su selección. Quizás no marcar una época pero sí ser uno de los grandes y dejar su nombre bien escrito en la historia del ciclismo.