El pasado 25 de febrero, Sep Vanmarcke entraba por la puerta grande en la temporada de clásicas. Por la puerta grande, por ganar. Por la puerta grande, por hacerlo en el Omloop Het Nieuwsblad. Y por la puerta grande por hacerlo ante Tom Boonen, y al sprint. El joven flamenco, producto de la factoría TopSport Vlaanderen (hasta este 2012, Mercator, y a partir del 1 de enero, Baloise), daba el primer gran triunfo a Garmin – Barracuda -más tarde Garmin – Sharp- en una temporada de éxitos para los de Vaughters.

Vanmarcke dominó la antigua Het Volk a su antojo. Respondió a las embestidas de Tom Boonen, más tarde le hizo sufrir, y luego le rebasó tanto a él como a Juan Antonio Flecha, que acabaría tercero en el podio de esta prueba celebrada en Oost-Vlaanderen. Semanas más tarde, el de Courtrai terminaría entre los primeros tanto en la Dwars door Vlaanderen y en el E3 Prijs Harelbeke… pero haría aguas en las dos pruebas ‘de verdad’ de la temporada de piedras; De Ronde y Paris – Roubaix. Ahí es el lugar en el que justificarse como líder, en el que aprobar o suspender, y Vanmarcke, todavía tierno para estas lides, hizo lo que pudo.

Seguramente porque unas semanas antes estaba en plena forma, pero tanto en Flandes como en Roubaix fue superado por compañeros más expertos y con mejores resultados, como Heinrich Haussler o Johan Vansummeren. El resto del año de Vanmarcke ha sido decepcionante -para haber ganado un Omloop Het Nieuwsblad ante Tom Boonen-; un tercer puesto en el GP Rogaland -vencido por Antonio Piedra- y un buen Tour of Britain -rozando la victoria en varias ocasiones- fueron sus mejores momentos.

Vanmarcke no acabó a gusto en Garmin – Sharp… ni con Jonathan Vaughters. Con él tuvo la oportunidad de correr al máximo nivel, pero con él también ha probado los sinsabores de éste. La causa y el efecto de no sentirse a gusto, la posibilidad de cambiar de equipo, le dejó sin notables oportunidades durante la segunda parte de la temporada. Tuvo que conformarse con correr en Gran Bretaña o en el Circuito Franco – Belga. Su historia, de rumores y nombres propios, han terminado dando con sus huesos en el Rabobank, ahora Blanco Pro Cycling. Allí busca liderar, pero se va a encontrar con Lars Boom, neerlandés y eterna promesa de las clásicas de piedras.

Pero eso no es óbice para Vanmarcke. O no debería serlo. Con 22 años hizo una muy buena temporada con TSV, terminando segundo la Gante – Wevelgem (¡ay, esos calambres en la parte final!) y haciendo una parte final de año muy consistente. Por eso para él, que cumplirá 25 años en 2013, la temporada que entra en apenas unas semanas es importante; nuevo equipo, nueva etapa, nuevos retos. ¡Es su hora!

Vanmarcke, una de las bazas de un potente Garmin-Barracuda (c) Bettini

Vanmarcke, cambia Garmin – Sharp por Blanco Cycling (c) Bettini

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