¡Hola de nuevo!
Como os conté en la anterior entrada voy a empezar con la segunda parte de la temporada, a modo de análisis global y me quedé en el mes de junio en la Vuelta a Navarra. La verdad es que a pesar de haberla preparado a conciencia, no pensé que el resultado final fuera a ser bueno por los problemas que os citaba y que tuve unos días antes, pero tras sufrir como un perro los dos primeros días persiguiendo incluso al pelotón y cogiendo el ritmo poco a poco, recuperando el peso que había perdido y que me dejó muy débil, el tercer día decidí que tenía que darle la vuelta a todo y por lo menos intentarlo. No quería irme con mal sabor de boca y lo conseguí; estuve en todas las fugas y claro, cogí la buena que fue la que se acabó jugando la vuelta aunque al final me faltó un punto para estar con los mejores, seguí mejorando y subiendo puestos en la general hasta terminar cuarto.
El mes de junio siguió con Abimota, una vuelta en Portugal con profesionales a donde fui de gregario de los veteranos del equipo. La jugada salió perfecta para nosotros ya que Moisés ganó una etapa y una general que tuvimos que defender todos con uñas y dientes el último día pero así es cuando se disfrutan de verdad los triunfos, cuando te cuesta mucho conseguirlos. Además, si he sido partícipe ayudando a un compañero me siento tan contento como si hubiera ganado yo.
Como seguía en buena forma el fin de semana siguiente puse una “x” en el Campeonato de la Península Ibérica,con una actitud como la de Navarra, de ir a por todas, y a punto estuvo de salir a la perfección, pues solo me faltó un poquito de chispa en el sprint final para ganar, quedando segundo como campeón élite. Terminé de alargar la primera parte de la temporada hasta el campeonato de España, ya inmerso en los exámenes, y con la misma idea de liarla y optar al triunfo o ayudar a un compañero a ello. ¿El resultado? Triplete del Super Froiz, yo décimo y una vez más súper contento que me voy a casa.
Tras un pequeño parón en el que aproveché para estudiar y adelantar cosas del proyecto, volví con muchísimas ganas en la Vuelta a Ávila ya que era la primera vez que corría en casa en amateur y encima pasando por donde tantas veces he entrenado; la motivación no podía ser mayor. La pega fue que sólo eran dos días y estando acostumbrado a no arrancar del todo bien el primer día pues cuando llegaron los puertos iba con desventaja y me tocó remontar para terminar octavo; no estuvo mal, pero me quedé con ganas de más. Y así fui a la Vuelta a León, segunda cita con profesionales del año, con el objetivo claro de luchar por una etapa y ayudar a Vallejo en la general. Los dos los cumplí a rajatabla y solo faltó un poquito para rematar; cogí dos fugas de más de ciento cincuenta kilómetros y en una etapa terminé segundo, igual que Ángel en la general, así que acabamos todos satisfechos y eso me dio más moral para seguir preparando lo que para mí era más importante en ese momento: el mes de septiembre, con las Vueltas a Valencia, Galicia y el campeonato de España de pista.
La primera parada fue el Campeonato de Castilla y León, donde conseguí una nueva victoria en Persecución Individual. La segunda, era una nueva concentración en la Sierra de Gredos para exprimirme en los entrenamientos y llegar en condiciones óptimas tres semanas después, cosa que iba consiguiendo, sorprendiéndome incluso a mí mismo en algunas ocasiones por la entereza con la que terminaba los entrenamientos tras sesiones de cinco horas y tres mil metros de desnivel hasta que tuve la “desgraciada” caída justo antes de partir a Valencia. Lo pongo entre comillas porque ahora lo pienso y tuve muchísima suerte ya que al pobre Víctor Cabedo, que en paz descanse, le pasó algo muy parecido y para mí fue un shock enorme, empecé a sentirme tan vulnerable y desprotegido…
Me afectó psicológicamente antes de los campeonatos, porque encima fue cuando me dijo el fisioterapeuta que había estado corriendo veinte días con una rotura de fibras en el cuádriceps, donde yo creía que había sido un simple golpe que me dolía en esfuerzos máximos. Así fui penando en Valencia y Galicia aunque pude hacer tres top15 y ayudar a mis compañeros, pero mi idea era disputar la victoria.
Llegó el Campeonato de España y no logré recuperarme del extraño mes de septiembre que llevaba, a pesar de que agosto me había ido fenomenal, y en Mallorca me llevé otro pequeño chasco cuando no pude clasificarme para la final de puntuación, mi prueba favorita, donde había sido quinto el año pasado (y como os conté creo que tenía piernas para mucho más) al tener que retirarme por no poder apretar de verdad cuando quería atacar…Por lo menos saqué otra vez un poco de amor propio y me concentré para acabar la temporada con un sabor de boca no tan amargo. Ayude a mis compañeros en lo que pude en Persecución y Velocidad por equipos, siendo sextos y quintos respectivamente, para terminar con otra prueba que me traía grandes recuerdos, el scratch, donde logré mi primera medalla en un Campeonato de España, para finalizar décimo.
Esto terminó a primeros de octubre así que ya toca ponerse en marcha de nuevo. Ya llevo dos semanas saliendo con la BTT acostumbrándome a los pedales automáticos y al barro, y un par de días levantando hierros en el gimnasio; el próximo día os iré contando que sensaciones voy teniendo y como quiero plantear esta temporada 2013.
¡Arrancamos!