Última vuelta. Un grupo compuesto por unas cincuenta unidades se jugaría el título en Valkenburg. Entre ellos todos los favoritos; las opciones españoles intactas. Arrancaba los últimos dieciséis kilómetros con un activo Vincenzo Nibali quien no quería bajar el ritmo después de la penúltima ascensión al Cauberg. A su rueda Samuel Sánchez defendía los intereses españoles. Los nervios eran evidentes, un indescriptible desenlace se acercaba.
Simon Clarke cogió el timón del grupo. A su rueda la selección belga formaba con Jurgen Roelandts, Greg Van Avermaet y a su rueda sus dos opciones, Philippe Gilbert y Tom Boonen. España cogía posiciones con un omnipresente Alejandro Valverde, Oscar Freire y Joaquím Rodríguez mientras Alberto Contador seguía el trabajo de Clarke marcando el ritmo.
El acercamiento al comienzo del Cauberg parecía tan decisivo como la propia ascensión y así fue. Italia y Bélgica copaban la cabeza mientras que, incomprensiblemente, España desaparecía de las primeras posiciones. Luca Paolini encaraba la curva con Nibali a rueda lanzando el ataque de su compatriota nada más comenzar la ascensión. Detrás, Boonen y Oscar Freire se sujetaban a su rueda mientras que Greg Van Avermaet y Gilbert remontaban por la derecha. El valón remachaba el movimiento del italiano abriendo camino en solitario.
Detrás, un mundo. Bélgica se apartaba de las primeras posiciones dejando en evidencia al resto de selecciones. Lars Boom, Alexandre Kolobnev y Edvald Boasson Hagen luchaban sin éxito por coger la rueda de un Gilbert imparable. Detrás, Alejandro Valverde remontaba posiciones logrando formar un tercero de caza junto a Kolobnev y Hagen después de coronar. Pero la neutralización resultaba imposible. El viento a favor favorecía a un Gilbert que metro a metro certificaba la conquista del cetro mundial. Mientras tanto el trío apuraba sus opciones de medalla con un grupo a su estela. Gilbert celebraba el mejor triunfo de su carrera deportiva a la vez que Hagen demarraba para la conquista de la plata por delante de un Valverde que se alzaba con el bronce. Dos metros por detrás John Degenkolb comandaba un grupo que sólo pudo presenciar la victoria de Gilbert y la consecución del resto de medallas.
Tres kilómetros que decidieron el Mundial. El desarrollo anterior sólo supuso desgaste. Desde los primeros cortes provocados por la entrada de aire y el movimiento de los Países Bajos hasta los últimos ataques de Andrew Talansky e Ian Stannard. Desde la primera fuga con hombres como Pablo Lastras, Dario Cataldo o Jerome Coppel al que luego neutralizaría otro donde Juan Antonio Flecha, Michael Matthews, Gianni Meermans, Jakob Fulgsang o Rinaldo Nocentini incrementaban la calidad de la escapada.
Pero fue un ataque de Alberto Contador en el Cauberg quien compuso un grupo de veintinueve corredores en cabeza. A los dos grupos anteriores se le sumaban los de Robert Gesink, Jonathan Tiernan-Locke, Diego Ulissi, Thomas Voeckler o Michael Albasini. El corte provocó que el ritmo de carrera fuera in crescendo. Mientras España, Francia e Italia tiraban delante, Bélgica y Australia lo hacían atrás.
Las diferencias cercanas al minuto plantearon un pulso respecto a un pelotón que vio como una caída resultaba más decisiva de lo que la carrera había sido hasta el momento. Una montonera dejaba en el suelo las opciones de hombres importantes como Niki Terpstra, Fabio Duarte, Chris Horner, Tejay Van Garderen, Zadenek Stybar o Tony Gallopin entre otros.
Menos de cincuenta kilómetros para el final y el pulso seguía. Cada paso por meta el grupo de cabeza perdía unidades a su vez que la diferencia decrecía gracias al trabajo de una Alemania que trabajaba pensando en las opciones de John Degenkolb. Su empuje unido al de Países Bajos neutralizó el corte a falta de poco más de treinta kilómetros.
Dos únicas vueltas por delante. Samuel Sánchez movía la carrera sin margen alguno. Sólo un demarraje de Talansky en el Bemelerberg al que siguió Stannard rodó con un puñado de segundos de ventaja en los dos últimos giros. Afrontando la penúltima ascensión final el británico dejaba de rueda al americano mientras que Nibali tensaba el ritmo con Gilbert y Valverde a rueda. Así comenzó la última vuelta que deparó el desenlace final.
Justo vencedor. Gilbert justifica una temporada con un pletórico final de competición labrado y sembrado en la Vuelta a España y recogido en un Mundial al que el bronce de Valverde sabe a poco y que supone el último día de competición para un Oscar Freire que demostró la disconformidad con sus compañeros nada más cruzar la meta. A toro pasado es fácil acertar, pero esta selección nacional echó en falta a más gregarios en vez de a tantos líderes.
http://www.youtube.com/watch?v=R79rkoXlmo0
Clasificación final
1 | Philippe Gilbert (Belgium) | 6:10:41 | |
2 | Edvald Boasson Hagen (Norway) | 0:00:04 | |
3 | Alejandro Valverde Belmonte (Spain) | 0:00:05 | |
4 | John Degenkolb (Germany) | ||
5 | Lars Boom (Netherlands) | ||
6 | Allan Davis (Australia) | ||
7 | Thomas Voeckler (France) | ||
8 | Ramunas Navardauskas (Lithuania) | ||
9 | Sergio Luis Henao Montoya (Colombia) | ||
10 | Oscar Freire Gomez (Spain) |
Creo que Valverde pierde sus opciones al oro por un error propio. Hasta mi abuela sabía que tal y como iba la carrera en el último Cauberg iba a atacar Gilbert. Freire estaba bien situado pegado a Boonen, Valverde tenia que estar cosido a la rueda de Gilbert. Momento decisivo de la carrera, corredor decisivo y principal favorito y a su rueda no va nadie.
Hola.
No sé por qué Freire se habrá quejado de sus compañeros. El fallo de la selección ha sido no colocarse bien en la entrada del Cauberg, salvo Freire, que sí que estaba atento en cabeza, para poder responder al ataque de Gilbert. Tal vez de ese modo Valverde podría haberse pegado al belga y haber hecho de freno o aprovecharse del esfuerzo de éste y remacharle en la línea de meta. Pero una vez que Gilbert arrancó sólo, poco se podía hacer desde detrás para neutralizarle.
¿Qué motivos a dado Óscar para justificar sus quejas?
En primer lugar, buen artículo! Yo también coincido en lo curioso que ha sido ver a la selección tan descolocada a la entrada del Cauberg, sobre todo con 6 representantes.
Creo que la rotonda anterior dejó a muchos descolocados, pero había que estar ahí. Muchos han adjudicado el error a Valverde, pero en esta ocasión no ha sido suyo y creo que era el único capaz de poder hacer algo contra un Gilbert intratable en estos terrenos.
Una medalla que sabe a poco y una vez más poca sensación de unidad en el combinado español. Un saludo!
NO PUDO SER
A última hora, antes de afrontar la cuesta de Cauberg, hay que hacerlo constar, cinco de nuestros ciclistas figuraban en cabeza del grupo de vanguardia en el refrigerio final, con opciones incluso para hacerse con el codiciado título mundial, una sólida posibilidad que de tiempo venían barajándose en los mismos medios informativos. Es de destacar el de que, cuando la carrera se puso al rojo vivo, candente, estaban en primera línea, entre tantos otros, casi una cuarentena de corredores. Señalábamos a Óscar Freire, Samuel Sánchez, Joaquim Rodríguez, Alberto Contador y Alejandro Valverde.
Este último, Valverde, ojo avizor, fue el que a fin de cuentas supo sacar partido a su acción de fuerza, que le llevaría a conquistar la medalla de bronce, cosa que ya consiguió en el año 2006, sin dejar en olvido sus medallas de plata logradas en el 2003 y 2005. Son datos que nos delatan a las claras que el corredor murciano se desenvuelve con particular eficacia y facilidad en ese género de competición en donde, dado el amplio número de participantes, el ciclista debe hacer uso de un sentido táctico oportuno e intuir el momento justo para atacar con una intención positiva. Nuestros ciclistas tenían opciones para incluso imponerse, pero no pudo ser. Hubo algún otro que se adelantó a sus planes. Este otro se llamaba Philippe Gilbert, que de forma impresionante surgió de la penumbra, a apenas dos kilómetros del final, adelantándose con decidida autoridad frente a varios contrincantes que aspiraban poder saborear las mieles del triunfo.