Países Bajos ha sido, y sigue siendo, una de las grandes potencias del ciclismo. Ganadores de grandes vueltas, clásicas o mundiales destacan en los palmarés de las mejores citas de la temporada. Grandes figuras para uno de los países donde la bicicleta y el ciclismo son signos propios. Pero no todos los perfiles de ciclistas han destacado en el país de los tulipanes. El sprinter ha sido una pieza codiciada y poco prolífera. Basta con poco más de los dedos de una mano para enumerar a los grandes velocistas holandeses. De Johan van der Velde a Jan Koerts y Gerben Karstens pasando por Mathieu Hermans, Jean Paul Van Poppel, Max Van Heeswijk o Jeroen Blijlevens.

Cuatro son los nombres que pelean por dejar el pabellón de la velocidad holandesa alto. Theo Bos (1983), Tom Veelers (1984), Stefan van Dijk (1976) y el más laureado, Kenny Van Hummel (1982). El póker se ha quedado lejos de los registros de sus antecesores. El relevo más que evidente parece más que necesario. Pueden estar tranquilos. La savia nueva destaca tanto por el talento como por número. Por lo pronto los hermanos Kreder, Raymond (1989) y Michel (1987), se reivindican con victorias en Noruega ante Alessandro Petacchi y la doble conseguida en el Tour del Mediterráneo y una más en el Circuito de La Sarthe respectivamente.

La segunda etapa del Tour del Porvenir ha visto la superioridad de los velocistas holandeses. Moreno Hofland, Danny Van Poppel y Wouter Wippert firmaron ayer un espectacular triplete en la meta de Châtillon-sur Chalaronne. Moreno Hofland (1991) es algo más que un sprinter. Potente rodador con aptitudes para las clásicas, no en vano finalizó sexto en la París-Roubaix sub23 y apunta alto al mundial de Valkenburg, Cauberg incluído. 2013 será su primera temporada en profesionales, salta de Rabobank Continental al equipo del World Tour.

Moreno Hofland celebra la victoria en el Porvenir / Foto (c) Jean-Pierre Balfin

Wouter Wippert (1990) suena más entre el público español. Vencedor de una etapa en la pasada Vuelta a Navarra ya ha conseguido destacar entre profesionales con un sexto puesto en Ronde van Drenthe y un tercer puesto en el GP Stad Zottegem defendiendo por primera vez los colores del Lotto-Belisol donde está como stagiaire. Un sprinter puro que, de momento, no rompe la senda de la victoria.

A Danny Van Poppel (1993) le delata su apellido. Hijo menor de Jean Paul Van Poppel. Popeye ha sabido transmitir el amor por el ciclismo y la velocidad entre sus descendientes. Su otro hijo, Boy Van Poppel (1988) encara la segunda temporada en el UnitedHealhtcare donde ha dado un paso más finalizando tercero en la Nokere Koerse y en la segunda etapa de los Tres Días de La Panne. Pero es el pequeño quien apunta más alto. Danny, en su primer año amateur, suma cuatro victorias: tres parciales del Thüringen Rundfahrt y la primera etapa de la Vuelta a León. Además, finalizó décimo en el Olympia´s Tour y segundo en Istrian Spring Trophy por detrás del austriaco ex Footon Markus Eibegger.

Los tiempos en los que los Países Bajos estaban huérfanos de un gran velocista parecen acabarse. De todos ellos es Danny Van Poppel quien más papeletas tiene de convertirse en el más destacado de una generación que también incluye otros nombres como Geert Van der Weijst (1990) o Yoeru Havik (1991).