La salida de una Gran Vuelta es un reclamo especial para cualquier ciudad. El impacto económico, en Pamplona en la presente edición, se calcula en casi 2 millones de euros (estudio que alguna institución ha cuestionado, por cierto), a sumar al impacto en publicidad logrado a través de la televisión durante el viernes, sábado y domingo de la semana pasada. El coste de llevar la Vuelta a España a la capital navarra fue algo mayor al millón de euros, por lo que, por unas cifras u otras, por unos baremos u otros, al menos las autoridades locales han quedado muy satisfechas con el inicio de la Vuelta 2012.
Esta mañana, el diario neerlandés De Telegraaf, fuente per se fiable en aspectos ciclistas, publicaba un artículo confirmando que la salida de la Vuelta, en 2015, se hará desde Emmen (Drenthe). La provincia neerlandesa, una de las que más afición y carreras guarda en todo Países Bajos, ya acogió en 2009 la salida de la Vuelta -en el circuito de Assen con un prólogo en el que ganó Fabian Cancellara-, finalizando también una etapa en la misma Emmen (victoria de Gerald Ciolek). Más tarde, en las etapas 2 y 3, circularon hasta el sur para terminar en Vénlo (Greg Henderson) y luego en territorio belga, en Lieja, el día de la caída masiva saliendo de una rotonda y posterior victoria de André Greipel.
En 2015 no serán cuatro, sino 5 las etapas que disfrutarán los neerlandeses de la Vuelta a España; según nos contó el director del Giro, Michele Acquarone, la UCI ha instado a que este tipo de iniciativas, a partir del año que viene, se circunscriban al menos 5 días de carrera. Todo sea por gestionar mejor los días de descanso y no provocar cuestiones tan bizarras como lo ocurrido en el Giro de este año. Sobre el trazado poco se sabe; que el inicio será una crono por equipos de algo más de 30 kilómetros (distancia mucho más aceptable que la de este año), y que habrá un final de etapa en Breda. Las regiones (provincias) que más suenan son Zeeland y North Brabant (desde donde se organizará -por Eindhoven- el traslado a España). Se habla de dos finales claros para velocistas y de, según pueda encajar, alguna etapa con cotas y circuitos. Todo rumores, en cualquier caso.
La Vuelta busca siempre ser viable. Y aunque en algunas cuestiones flojea en sus argumentos (sobre todo en cuestión de recorridos, argumentando la dificultad para encontrar buenas ciudades de llegada y salida), la decisión de volver a ir fuera, otra vez a Países Bajos, está avalada porque en lo económico es casi irrechazable; la salida desde Emmen conseguirá, según fuentes de la propia Unipublic, que se cubra la mitad del presupuesto de toda la carrera. Ello, sumado al ambiente, la afición local y esperemos que una inteligente apuesta por aprovechar el terreno, no puede suponer más que un éxito para la carrera. Si quieren, volver a repetir salida desde Drenthe no tiene más que cosas buenas.