Caídas. Lesiones. Resultados anómalos en pleno Tour. Implicación en casos de dopaje. Pocos resultados. Corredores con varias victorias que no son alienados en carreras importantes porque van a dejar el equipo. La temporada de Radioshack – Nissan es para olvidar. Para no pensar que 2012 ha existido. Para ver que lo único que queda de temporada será pensando en la que viene. Porque doce no son victorias para un equipo con Fabian Cancellara, el único de sus grandes líderes con una temporada digna en sus espaldas, Andy y Fränk Schleck, Andreas Klöden o Chris Horner.

Ha venido el equipo americano a esta Vuelta con un nueve de retales, con Tiago Machado como líder para la general -cuando aun no hizo nada nunca serio en ninguna-, y con Daniele Bennati como opción para los sprints. Pero camino de Arrate el portugués se cayó, y aunque no sufrió ninguna rotura, las heridas le lastraron perdiendo tiempo con respecto a los mejores. ‘Aunque no teníamos ningún favorito, los problemas de Tiago nos alejan de la clasificación general’, dice Markel Irizar, compañero de Machado y protagonista por las carreteras guipuzcoanas.

Les queda ahora, por tanto, buscar opciones al sprint con el velocista de Arezzo (2º ayer en Logroño), que, además, aun no se estrenó en lo que va de temporada. Pero no dejarán de intentarlo; en sus manos está el objetivo de conseguir otra victoria de etapa en una Gran Vuelta (sumada a la victoria de Cancellara en Lieja en el prólogo del Tour). Irizar lo asegura; ‘No hemos venido a pasearnos. Estamos animados y con ganas. Vamos a intentarlo todos los días’. En el segundo final en alto de esta Vuelta, el del lío de los abanicos de Sky yendo hacia Valdezcaray, no se metieron en la fuga, pero sí consiguieron colocar a Linus Gerdemann, Maxime Monfort, Jan Bakelants y el mismo Machado entre los primeros.

Markel Irizar

Viendo al equipo, puede parecer que todos van a lo suyo, pero Irizar no lo cree así. La situación del equipo, punto caliente para la prensa especializada, hace que la situación deportiva no se haga más llevadera. ‘El equipo está mucho más tranquilo de lo que sale en la prensa’, dice mientras se resigna ante el aluvión de ruido negativo sufrido por el equipo durante los últimos meses. Y después está lo de los impagos (una agencia de noticias alemana publicó hace unas semanas que a los hermanos Schleck se le adeudaban $611,000 y a Jakob Fuglsang, $183,000); ‘en mi caso puedo decir que he cobrado todo cuando tenía que cobrar’, afirmación que secunda lo declarado por Johan Bruyneel en julio, cuando algunos corredores del equipo denunciaran ante la Unión Ciclista Internacional el caso. ‘Por la gente que sé, no ha habido impagos. Alguno sabrá por qué ha denunciado cuando hemos cobrado todo’.

Lo que se desprende es una comunicación interna cuestionable. Grupos y grupúsculos. Corredores que, debido al diseño del calendario, ni se ven ni se hablan (algo normal en este tipo de equipos). Cosas que uno hace, pero el compañero no sabe. Corredores que denuncian impagos, y otros que aseguran haber cobrado todo y en tiempo. ‘Esto no crea buen ambiente. Soy partidario de arreglar las cosas en casa’, dice un Irizar que está con ganas (pero tranquilo, tiene contrato para el año que viene) ante una Vuelta que espera dura pero necesaria para que el equipo maquille el casillero de victorias. Todo es un caos, dicen, pero deben permanecer unidos. Ese es el sino de Radioshack – Nissan en las carreteras españolas.