Finales en alto por doquier, situaciones tácticas poco complejas, sin la necesidad de disponer de un gran equipo que te pueda asistir en emboscadas, kilómetros contra el crono justos para distanciar a los especialistas… y solo con un contendiente por encima de él en la disciplina -Chris Froome-. La rabia, además, será un aliado, pues si Alberto Contador se ha mostrado incontestable y superior en la montaña en todas sus Grandes Vueltas ganadas (contando también con Tour 2010 y Giro 2011), más lo debería ser con el hambre de victoria con el que arrancará mañana en Pamplona. Esta Vuelta a España tiene el nombre de Alberto Contador.
Como decíamos en la presentación de la carrera, es una cita dominada mediáticamente por su sanción, su vuelta a las carreteras y las ganas que tiene de redimirse ante un público que no le falló en 2008, cuando no pudo disputar el Tour, y que tampoco tiene pinta que le falle en este 2012. La gente tiene ganas de Alberto Contador y él, ídolo, antes héroe para todos y ahora villano para muchos, querrá resarcirse de casi dos años de hastío y mala prensa.
En Cobbles & Hills nos gusta considerar redimidos a todo ciclista que cumple su sanción. El de Pinto dio positivo en el Tour de 2010 en el conocido Solomillo Gate, y ha cumplido varios meses de sanción y se le han quitado todas sus victorias desde ese mes de julio de hace dos años. Creemos en las segundas oportunidades y creemos en las segundas -no terceras- oportunidades plenas, sin etiquetas. Por eso creemos que en la situación en la que se encuentra, y sin apenas saber cómo le habrá afectado la sanción (no lo sabremos hasta Arrate o casi hasta el día del Coll de la Gallina), es el máximo favorito a la victoria final.
No podemos apoyarnos en su 2012 como sí podríamos hacerlo en ‘Purito’ o Chris Froome, nos apoyamos en que, pese a todo lo que ha ocurrido, Contador es el mejor vueltómano del pelotón desde 2007, y sin discusión posible. Fuerte del Rapitán o el Mirador de Ézaro no son llegadas para él, sí para otros, que seguramente además le rasquen segundos de bonificación, pero en la montaña no ha habido corredor superior a él (sí a la altura, como lo estuvo Andy Schleck en varias ocasiones durante algún pasado Tour de Francia) en los últimos años. Veremos cómo llega y cómo afronta las primeras llegadas en alto y, sobre todo, cómo tiene las piernas para aguantar una carrera de tres semanas tras 16 meses sin correr una de ellas.