Después de leer la primera parte y celebrar que finalmente sí comentará el Tour de Francia en Televisión Española, os traemos la segunda parte de la entrevista a Perico Delgado. En ella hablamos del ciclismo actual y de la próxima edición del Tour de Francia.

¿Alguna vez te has planteado como habría sido tu carrera si hubieras nacido veinte años más tarde?

No, no lo sé. Las cosas salen o surgen, y en base a eso me he ido adaptando. Nunca he tenido un objetivo claro en lo que quería hacer o cuál iba a ser el futuro. Me metían las cosas de antemano y yo me metía en ese tren, a ver hasta dónde me llevaba.

¿Qué diferencias son las más grandes que notas entre el ciclismo de hoy y entre tu época?

Habría que matizar en qué aspecto. Las diferencias son muchísimas. El material, la bicicleta, la ropa, la preparación, cómo llegan a la carrera, las concentraciones en altitud, que el piso es mucho mejor que en mi época y eso hace que las diferencias son mucho más difíciles de crear y se puede rodar mucho más en grupo… Las diferencias son muchas. Lo que permanece es el espíritu del corredor y su adaptación con lo que hay y los otros corredores. En ese aspecto el esfuerzo está presente y ahora hay un sufrimiento más psicológico que físico; el físico es comprensible, pero el psicológico, que existía en mi época, ahora es diferente. Ahora al ciclista se le pone en duda todo, incluso si haces segundo a veces el equipo no lo ve como un triunfo sino como una derrota.

En mi época, hacías segundo o tercero y decías “qué bien, no nos queda nada para ganar”. No sólo el corredor, sino sobre todo el equipo, el propio patrocinador. Ahora, haces segundo y te da la sensación de que has perdido, y a mí eso me duele, sobre todo porque al corredor que ha sido protagonista, que ha estado a punto de ganar, no se le reconoce el valor que tiene haber hecho segundo o tercero. Yo creo que en mi época sí que se reconocía más. Sin entrar en el tema de que ahora gana uno y ya se cuestiona qué se habrá puesto. En mi época éramos ídolos, gente admirable, intachable y ahora se pone en duda el éxito de cualquiera. Ha cambiado prácticamente en todo, simplemente lo que permanece es el espíritu guerrero del ciclismo, mermado por los pinganillos, pero el esfuerzo está ahí y al final todo depende de las fuerzas de cada uno.

Sin embargo, muy a menudo se achaca a algunos ciclistas que no corren para ganar sino a hacer un buen puesto.

Eso es relativo. A mí hay una cosa que me molesta y a veces lo manifiesto, aunque luego cuando haga un comentario parezca que estoy reafirmando lo que negaba anteriormente. A mí esa expresión de que este corredor ha ido a rodarse al Giro de Italia porque quiere ganar el Tour, nunca lo he creído. Tú llevas una preparación y, aunque no llegues al cien por cien, en ese noventa por ciento de tu forma, que en ese momento es tu tope, tú lo intentas hacer lo mejor posible. No digo que haya habido casos en la historia de este deporte de corredores que se desentienden. En eso, para mí el mayor caso ha sido Greg LeMond, que lo he visto de cerca. Pero cualquier otro corredor cuando corre la Vuelta a España la quiere ganar, y si no puede hacerlo es porque otro ha sido mejor. Por eso digo que esa sensación de “bueno, estoy aquí” es una excusa, pero cuando te subes a la bicicleta te esfuerzas al máximo, porque si no no estarías con los mejores. Lo que te alimenta a estar con los mejores no es sólo tu físico sino la mentalización, y si estás ahí es que estás con ganas de pelea. A lo mejor no estás a tope pero tú estás dando todo lo que tienes en ese momento. Como corredor y conocedor de este tema, siempre pongo en duda ese comentario que muchas veces es habitual por parte de la prensa para juzgar a algunos corredores.

Huelga decir que fuiste uno de los deportistas más queridos que ha dado este país. ¿Sigues notando ahora el cariño de la gente de la misma forma que cuando corrías?

Sí, porque el hecho de estar en la televisión te mantiene fresco en la memoria de los seguidores. Yo siempre cuento como anécdota que, cuando ya había dejado de correr en bicicleta, en un hotel por Galicia, me encontré a una señora y me dijo: “lo tuyo sí que tiene mérito. Porque ya no sólo dar a los pedales, encima ir dando a los pedales y comentar la carrera… ¡eso sí que tiene mérito!”. La gente te veía como ciclista y aunque tú estabas comentando les costaba disociarlo. Esto es un ejemplo de que la gente, aunque ya es más consciente de que soy comentarista, sobre todo para los chavales jóvenes que no me han visto ganar el Tour, yo sigo siendo comentarista. Luego queda la historia para los chavales que tengan algún interés, y eso me puede hacer ganar algún adepto. Pero eso es gracias a estar en los medios de comunicación, tanto en la Cadena SER como en TVE. Olvidarte no te olvidan, pero la capacidad de reacción de reconocerte en el acto y saber cómo te llamas, al cabo de quince años se olvida, porque tu vida cambia. Pero cuando te ven comentando la carrera, enseguida te reconocen y mantienen fresco tu recuerdo.

¿Crees que es posible que pueda salir otro ciclista en este país tan querido como tú lo fuiste en su momento?

Ahora está difícil. Contador iba camino de ello, pero desgraciadamente con el tema del clembuterol le han hecho mucho daño a su imagen y tristemente no se va a recuperar. En ese aspecto el ‘pero’ que Alberto va a sufrir a lo largo de su carrera y de su historia no había llegado a mí. Los años te hacen quedarte con lo mejor de cada uno. De todas formas, siempre habrá corredores que sean queridos, con su propia personalidad. Cuando yo gané el Tour y después, en los años de Lance Armstrong, decían que los escaladores se habían agotado y que nunca más ganarían el Tour de Francia. Y luego estuvo ahí Contador o el mismo Carlos Sastre. Esto significa que aunque muchas veces se hagan afirmaciones porque los tiempos han cambiado y la tecnología haya ayudado mucho a los ciclistas, el que sea un fuera de serie seguirá siendo un fuera de serie, y el que sea un fuera de serie y además caiga simpático, triunfará todavía más que otros que son igual de buenos. Son ciclos y en ese aspecto estoy seguro de que habrá muchos ciclistas queridos.

Hablando de la carrera, ¿qué te parece el recorrido? Han recuperado las contrarrelojes, que parece que van a marcar la carrera.

A mí las cronos no son una cosa que me disguste. Que haya más kilómetros de contrarreloj que estos años, en un esquema de una gran vuelta, me parece bien. Unas veces más y otras menos, porque hay que dar más cancha a un corredor que a otro, pero me parece bien. Pero en el recorrido hay algo desde hace muchos años que no me gusta. Viene mucho por esta influencia anglosajona, desde Lance Armstrong y ahora con el Sky. No sé qué va a pasar en este Tour de Francia, pero yo creo que tanto control resta espectáculo. Entonces, los recorridos son muy medidos. Meten un poco de salsa pero no como para que se descomponga. Medir tanto la carrera no va con mi filosofía. Entiendo que al organizador le guste que la carrera no esté decidida hasta el último día, pero esto hace que la épica del ciclismo, estas batallas que muchas veces recordamos de otra época, cada vez es más difícil que ocurra. Si metes lo más duro al final y no metes ninguna de estas etapas bestiales al final…

Ahora la primera semana de montaña es “sí pero no nos pasemos”. A mí eso no me gusta. Luego la carrera será dura, exigente, habrá pájaras, ganará un contrarrelojista o un escalador, pero el concepto de hacer todo tan medido no me gusta. A mí me gusta algo que me sorprenda cuando veo la etapa. Y cada vez me sorprende menos. Ahí no sé por qué el organizador no quiere arriesgar, meter una etapa mítica en el primer bloque de montaña para dar cancha. Se pasa con que haya diferencias pero estén todos los favoritos apretaditos. Entiendo por qué lo hace pero no me gusta. Este Tour lo veo igual: todo muy medido, todo para el final, las etapas de contrarreloj, en la montaña no se pasan muchos puertos míticos, o se pasan por la vertiente fácil (La Madeleine). Me rechina un poco, igual porque he vivido un ciclismo anterior. Yo creo que que una semana antes haya un ganador puede tener su gracia, dependiendo de cómo vaya la carrera. Pero de vez en cuando tienes que poner espectáculo, una de estas etapas que en el Giro ponen a menudo. A este Tour le falta eso: buscar un poco la épica. Es la época de la tecnología: pulsaciones, watios… la carrera tiene que salir así. Pero el ciclismo tiene que ser inesperado: que el día que menos lo esperes suceda una gran batalla.

Este Tour, en efecto, parece el más anglosajón de la historia. Parece que los favoritos son Evans y Wiggins, con sus dos equipos.

Yo no creo que el BMC no sea como el Sky. El Sky me parece mucho mejor llevado. El BMC… [resopla] está hecho un poco al tuntún. Tengo dinero, pues ficho a este que me da publicidad y me gana carreras. No hay un sentido de equipo, un trabajo a la sombra. Eso el Sky lo tiene. Richie Porte es un corredor que me encanta. Estuvo con Contador y trabajó en el Giro pero pasó desapercibido en el Tour. En cambio aquí se le ve con ganas, integrado, contento. Por no hablar de Chris Froome. Tienen un equipazo. Están organizados y muy bien estratificados. Eso el BMC no lo tiene. Tienen a Gilbert, que no es un corredor para trabajar a Evans, igual que Hushovd que no va a correr el Tour. El sello del Sky es anglosajón, de equipos, preparaciones, todo el mundo feliz, con el mejor sprinter, el gran favorito a ganar… Luego trabajan el entorno mucho y eso sí que se ve.

Aun así, hay un corredor que me gusta mucho, que es Vincenzo Nibali, que va a tener muchas cosas que decir en el Tour. Yo le tengo como la baza para poner la carrera patas arriba. Aunque Evans ha cambiado el chip en el último Tour, ni a él ni al equipo le veo con posibilidades de hacer daño al Sky. En cambio a Nibali le veo con más genio, más joven y con más desparpajo. Son gente atrevida, valiente, que busca la épica, y eso gusta al aficionado. Son el tipo de corredores que puede hacer daño al Sky. Al final Evans va a correr a no perder mucho en contrarreloj e intentar sacar diez o quince segundos en los finales de montaña e intentar ganar el Tour con esa renta. Son corredores que ganan con el cronómetro en la mano, no con el corazón, como le gusta a hacerlo a Nibali.

Para correr contra el Sky, es muy mala para la baja de Andy Schleck, que iba a perder tiempo en la contrarreloj y estaría obligado a atacar desde lejos después.

Andy Schleck es muy buen corredor, pero… yo no le conozco como para opinar, pero le falta algo. No sé si a veces es la presencia de su hermano Fränk. Pero le falta el genio de su hermano, esa rabieta que a veces tiene Fränk. Es que lo que hizo el año pasado Andy Schleck fue porque Contador no quiso salir. Si Contador sale a por Andy, hubiésemos vivido una etapa totalmente diferente. Yo a Andy Schleck le veo atacar pero mirando mucho hacia atrás. Si es verdad que el año del Tourmalet se puso a tope, pero ya era la última oportunidad y no le quedaba más remedio. Le falta arriesgar, ser más atrevido. Siempre va como frenado, no sé si por el director, por su hermano Fränk…

Le falta el desparpajo que te digo que tiene Nibali, que no necesita apoyarse en nadie. Su ausencia, siendo notable y dura para los escaladores, me cuesta verla tan clave. Sobre todo después de lo del año pasado: los Pirineos dieron vergüenza, todos pendientes de Contador, no se movió nadie. Tío, si tú quieres ganar el Tour, tienes que dar un golpe en la mesa. Y el día que lo hizo fue porque Alberto le dejó ir; si llega a salir a por él, el otro se habría frenado. A Andy no le veo con el genio suficiente como para poner una etapa patas arriba. Con fuerzas sí, pero me cuesta trabajo verle así por instinto. De todas maneras, es una baja importante, porque cualquier baja de los escaladores facilita mucho la carrera a los rodadores.

Yo creo que le hemos visto hacer esto muy poco, pero sí es un corredor capaz de romper desde atrás. El año pasado, por mucho que Contador no le siguiera, él tiró para arriba solo.

Atacó para ver qué pasaba. Y le dejaron ir, porque todo el mundo estaba vigilando a Alberto. Ese fue el gran error de Cadel Evans, aunque luego lo solventara. Schleck atacó con esos ataques de peseta que a veces son los buenos, porque guardas la energía del ataque en tirar hacia adelante. Atacó mirando para atrás mirando a ver cuándo iban a por él, y luego decidió seguir. Si hubiesen ido a por él, la escapada no habría surgido, a lo mejor lo habría intentado más tarde, pero no así. A lo que me refiero es a estos ataques de ponerse a mil, de tirar y rematar, no se los he visto. Sólo en el día del Tourmalet y porque ya era la última oportunidad y no tenía nada que perder. Desde el punto de vista más profesional, como corredor, sí, lo hizo, pero no. Tenía la carrera muy bien organizada, pero también la tenía así el día de Plateau de Beille y no se movió nadie. ¿Para qué mandas corredores por delante si no mueves la carrera detrás? Lo de su equipo me sorprende, porque además este año no están rascando bola.

No, están fatal. Fatal.

Eso tampoco indica que luego no lo hagan bien en el Tour. Andy Schleck, una vez que ya no tiene opciones de hacer cosas en algunas carreras, sigue su planteamiento y si pierde cinco minutos, pierde cinco minutos. Él sabe que va en su progresión, que está bien y ya está. Que se quede descolgado en un puertecillo de tercera como el otro día en el Dauphiné, no me dice nada malo de Andy. Está centrado, hace su carrera, desconecta… es una carrera que no puede ganar por la contrarreloj y piensa que le da igual darse un sofocón para estar en el grupo de los primeros, y a lo mejor ese tiempo le sirve para pelear luego una etapa. Yo era un corredor de sus características. No tengo nada que hacer, pues pierdo dos minutos y estos dos minutos más otros dos, igual me hacen otro día ganar una etapa. No tiene mayor importancia, porque no tenía opciones. ¿Para qué iba a sufrir ahí? Como ha llevado la temporada Andy no me disgustaba, yo le veía bien metido en carrera, aunque a alguno le pareciese mal su forma. Como corredor, aunque cada uno no sabe lo que tiene por dentro, no era para rasgarse las vestiduras.

¿Compartes la sensación de que Wiggins es el favorito?

Sí, ahora mismo sí, la demostración que ha hecho en Dauphiné… No sólo por él, sobre todo por el equipo. Lo tiene muy bien organizado. Chris Froome tiene mucho motor, ya lo vimos en la Vuelta. Porte tiene muchísimo motor también y está contento. Antes de que Wiggins tenga que trabajar van a tener que quemar a dos corredores, y a ver quién es capaz. Estos te suben, te bajan y te llevan en el llano a toda velocidad. No es nada fácil. Wiggins va a estar muy bien arropado. ¿Qué se van? Que se vayan, si tiene ahí caballos. Yo les veo muy bien organizados y muy bien llevados. Para mí es el número uno, el máximo favorito.

¿Cómo ves a los españoles? Es decir, a Samuel Sánchez y Valverde.

Yo de Samuel sólo puedo decir cosas buenas: me cae muy bien, me encanta su carácter, cómo corre. Ya es veterano pero saca provecho a todo. Parecía que había llegado a su tope en el Tour anterior y después se superó. Yo creo que Samuel Sánchez es la gran baza de los españoles en el Tour. De Valverde, creo que los dos años de inactividad le van a pesar. Soy un admirador suyo y tiene una clase monumental, pero yo no me metería en la general si fuera él. Se lo dije un día: yo iría a por victorias de etapa. Claro, él está muy presionado por la casa, tiene ganas de correr y de lucirse y se va a meter en la general. Pero yo le veo que, aunque el Tour le viene mejor que otros que ha corrido, los dos años sin correr le van a pasar factura. Valverde necesita un año más de rodaje. El año que viene, aunque sea un año mayor, estará mucho más hecho físicamente. Esa es mi visión, pero ojalá me equivoque, que estaré contento de reconocer mi error.

A Samuel dices que lo ves muy bien. ¿Tú crees que como para competir por la victoria de la carrera?

Hombre… Es muy difícil. Samuel es un sufridor y es muy profesional. Cuando conocí a Flecha, en el Relax, si me hubieran dicho que llegaría a hacer lo que ha hecho en Roubaix y Flandes, habría dicho que no, que Flecha no estaba para esas historias. Eso mismo me pasa con Samuel Sánchez. Hay una parte objetiva que me dice que no, que no me lo creo, pero luego ahí está la realidad. Yo te diría que no está para ganar el Tour de Francia, pero ¿por qué no? Si él está cada vez mejor, en su sitio, ha aprendido a sufrir y estar ahí… pues como diría de Flecha: ¿por qué no va a hacer podio? Yo creo que puede hacer podio. Con el corazón, no de una manera objetiva.

¿La baja de Contador puede añadir al resto de candidatos? Porque excepto Evans, el resto no tiene un Tour.

No. Ahí cada uno trata de estar en carrera, evitar caídas, que luego hacen más mella que los puertos y las cronos. Cuando arrancas un Tour, lo haces sabiendo quiénes son tus rivales. Tú compites con lo que tienes; los que están en casa, en casa están. El que sea estará en el Tour para ganarlo y no pensará que el año que viene estará difícil porque estará Contador. Luego la temporada está llena de trampas que no te dejan ir a tope al Tour. Tú piensas en que quieres ganar el Tour que estás compitiendo en ese momento.

Para acabar, una pregunta bastante complicada: ¿cómo ves el futuro del ciclismo en este país?

Nada bien. Ya veremos cómo van las audiencias del Tour este año. Nadie daba un euro por este deporte y luego las audiencias siempre funcionan, estén españoles en litigio por ganar la carrera o en otras posiciones. En el Tour, la realización lo hace muy bonito, es deporte y además paseo turístico, son los que mejor hacen eso, y las audiencias responden. No son las mismas que en mi época o en la de Indurain, pero en nuestra época no había tantos canales. La gente habla del Tour, se crea un interés sin tanto apoyo mediático. El futuro, lo que es el campo profesional y de élite, no va muy bien, porque este deporte está desprestigiado en nuestro país, a pesar de que hay corredores como Valverde, Contador, Joaquim, Samuel, Freire… estamos en la época dorada. Nunca hemos tenido corredores tan buenos.

En mi época era yo: el corredor de fondo. Luego había otros muy buenos, pero nos faltaban clasicómanos, sprinters. Desde la época de Poblet hasta Freire no hemos tenido un sprinter para ganar carreras. Rojas, Ventoso y sobre todo Freire y Valverde, es algo que no teníamos antes. El ciclismo español está en lo mejor de su etapa pese a que no vive su mejor momento en los medios. El gran problema es que no hay equipos ni patrocinadores españoles, pese al gran nivel que hay. Movistar salió a duras penas, aunque con alegría, pero parecía que no iba a salir. Geox se fue. Sólo dos equipos ProTour con la cantidad de corredores que tenemos en la élite. En mi época era impensbale. Afortunadamente la globalización del ciclismo ha permitido a los corredores encontrar asilo deportivo fuera de nuestras fronteras y poder competir y mostrar su calidad. A la gente le cuesta trabajo seguir el ciclismo y más con el tema de Contador. Hay una desilusión muy grande. Quizá en la Vuelta a España haya un reencuentro, pero de momento está siendo un año muy difícil.