Rohan Dennis (Ashford 1990), crecido durante la época gloriosa de Ian Thorpe coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Sydney’00, y que iba para nadador, tras empezar con la bicicleta a modo de complemento a la piscina es a día de hoy uno de los mayores referentes de la prolífica cantera aussie. Cantera que, proveniente del velódromo, la Federación Australiana tan bien está explotando. Desde junior ha sido uno de los dominadores del velódromo, donde junto a los Michael Hepburn (Brisbane 1991), Jack Bobridge (Adelaida 1989) y Luke Durbridge (Greenmount 1991) está llamado a enfrentarse al potentísimo combinado británico en la cita olímpica de persecución por equipos en un duelo que se presenta con histórico.

Joven, australiano, pistard. Malditos anglosajones. Por suerte Dennis no encaja al 100% en esta definición por mucho que sea uno de los cuatro elegidos por Australian Cycling para la persecución por equipos de Londres’12. Mientras el grueso de la generación llegada desde el parquet basa su éxito en el ciclismo calculado y cosechan triunfos en la contrarreloj -Durbridge en el Dauphiné o en el Circuito de la Sarthe sin ir más lejos-, Dennis tiene algo que, sin llegar a los niveles de sus compatriotas en la crono, le hace ir más allá y le convierte en un ciclista especial. Cuando alguien como Neil Stephens define a un ciclista como “hiperactivo” y dice de él que “puede convertirse en un muy buen corredor para las clásicas” hay que ponerse alerta, no es el prototipo aussie.

Y así lo ha ido demostrando durante los años precedentes hasta que a principios de año en el Tour Down Under se presentó en sociedad cuando, como integrante de la selección nacional australiana, se hizo con la quinta posición final tras una fenomenal ascensión a la Old Willunga Hill… y sin contrarreloj de por medio que le aupase aún más en la clasificación. Aquello fue en enero, justo después de haberse proclamado campeón nacional Sub23 tanto en ruta como en crono.

No ha sido hasta echado el cierre a la temporada de pista al finalizar la Copa del Mundo y los Mundiales, que ha vuelto a centrarse en la carretera, con inmejorables resultados: victoria de etapa en la crono del Olympia’s Tour y más recientemente en la general de la Thüringen Rundfahrt, cimentada también en la contrarreloj (uphill, eso sí, nada de convencionalismos), y en la que añade su nombre a otros como Tony Martin, John Degenkolb o Wilco Kelderman como ganador de la prestigiosa carrera Sub23.

Londres es el próximo objetivo y allí a las 17:55 -hora británica- del 3 de agosto de 2012 puede convertirse en héroe nacional australiano si acaba proclamándose campeón de la persecución por equipos ante Kennaugh, Thomas, Tennant y Clancy. Le separan 4km, dieciséis vueltas al velódromo, a buen seguro menos de cuatro minutos, quién sabe si menos de 3:53.314. A los veintidós años le llega el que probablemente sea el momento más importante de su carrera.

Muchos han sido los pistards sobre los que se ha cimentado el proyecto GreenEdge, pero Dennis, tras un año en el que defendió sin demasiada suerte los colores del equipo Rabobank Continental, volvió al Team Jayco, otrora plataforma de lanzamiento para los jóvenes promesas australianas y hoy filial de GreenEdge. No es difícil saber qué será de él en 2013. Los australianos han demostrado que saben hacer crecer paso a paso a sus corredores, y esperemos que con Dennis salga todo bien porque tienen en él un diamante en bruto.