Tal día como hoy hace un año recibíamos un golpe imposible de asimilar: Xavi Tondo fallecía en un accidente doméstico semanas antes de cumplir su sueño de debutar en el Tour de Francia, mientras se preparaba en Sierra Nevada junto con otros compañeros de equipo, como Beñat Intxausti, que hoy ya, después de un año, vuelve a verse en condiciones tras meses muy complicados.
Dos semanas después del golpe que supuso la muerte de Wouter Weylandt, llegaba un nuevo mazazo, de los que más duelen. Nos había dejado un amante del ciclismo, un aficionado que disfrutaba de este bello deporte desde dentro del pelotón y que había hecho por él mucho más que montar en bicicleta. Porque lo hacía con pasión, tesón y, más que nada, honradez y una sonrisa siempre vistiendo su pedaleo.
Un año más tarde, la figura de Xavi continúa presente dentro de la familia ciclista; aficionados y corredores van hoy de la mano en su memoria. Porque si una cosa tenía Xavi es que era querido y se lo había ganado por méritos propios. Dentro de un gran ciclista había una gran persona y dentro de una gran persona, había un gran ciclista. Y así es como le ha ido recordando la familia ciclista en redes sociales; desde su último equipo, su propio club, hasta periodistas, y ex compañeros de Xavi, pasando aficionados que reconocen su figura en cualquier parte del mundo. Todo el mundo le quería.
Y es que, más allá de sus victorias, desde la primera en 2005 (Volta ao Alentejo) hasta la última (Vuelta a Castilla y León), semanas antes del trágico accidente, desde la más humilde a la más importante (como la conseguida en 2010 en la París-Niza), a Tondo se le ha recordado por su manera de ver la vida, y el ciclismo. Siempre con una sonrisa.