Hace exactamente un año la fatalidad se llevó al joven ciclista belga Wouter Weylandt en una desgraciada caída en la bajada del Passo del Bocco. Elegido a última hora para sustituir a Daniele Bennati del nueve del Leopard, el último tweet de su cuenta aún nos habla de alguién ilusionado por competir en una carrera tan bonita como el Giro y con toda la ilusión que se puede esperar de un chico de 26 años:
long teampresentation today #150yearsitaly . tomorrow the real start with TeamTimeTrial! the lungs and legs tested by day 1! start of 3496km
No vamos a hablar ahora de su caída, ni de la posterior reacción de medios de información y del mundo ciclista, sino solo realizar un sencillo homenaje a la carrera de WW.
Oriundo de Gante, con sólo 19 años ya se ganó su primer contrato como neoprofesional con el Quick-Step Davitamon. A pesar de sufrir una mononucleosis a principio de año Lefévère debió de ver algo en él al ofrecerle un puesto en el equipo para el año siguiente, en el cuál ya rozó su primera victoria en la cuarta etapa del Circuito Franco-Belga quedando segundo por detrás de Marco Zanotti. 2006 fue ya su año de confirmación, y es que a pesar de no lograr alzar los brazos en toda la temporada su buenos resultados en las llegadas masivas le hacían consolidarse como uno de los sprinters jovenes de mayor proyección del pelotón, además de lograr el maillot de la regularidad en el Tour de Polonia.
Por fin llegaría la ansiada victoria en la tercera etapa de los Driedaagse van West-Vlaanderen ’07, imponiendose por delante de Jochen Summer. A pesar de tener que actuar como lanzador de Boonen cuando compartía equipo con el de Mol, Weylandt supo aprovechar las oportunidades que se le brindaban, logrando cuatro victorias más en 2007 (Ronde van het Groene-Hart y parciales en Bélgica, Ster Elektrotoer y Eneco), además de buenos puesto en carreras de pavés como Dwars door Vlaanderen y la Scheldeprijs. Su proyección como sprinter y especialista de pavés era evidente, así que el paso para el siguiente año era claro: correr las grandes clásicas y debutar en una vuelta de tres semanas. Los resultados no pudieron ser mejores, logrando buenos puestos en la Campaña del Norte (24º en Roubaix, 3º en la Gent-Wevelgem) y acudiendo a la Vuelta a España como gregario de Boonen, para una vez allí y aprovechando la retirada de este hacerse con su primera gran victoria; la 17ª etapa con llegada a Valladolid por delante de Matti Breschel.
Su extraordinaria progresión se vió ralentizada al año siguiente, logrando sólo dos triunfos en todo el año en Le Samyn y una etapa de los Driedaagse van West-Vlaanderen, sumando a ellos una gran 11ª posición en la Paris-Roubaix. Causa de ello pudo ser la muerte de su amigo Frederiek Nolf, que falleció mientras dormía en su hotel durante la disputa del Tour de Qatar y que le afectó profundamente. La mala racha de resultados se extendió al comienzo de la temporada 2010, hasta que en el Giro de ese mismo año logró su segunda gran victoria en la llegada a Middelburg. A pesar de ello Lefévère no consideró renovarle, así que después de siete años ligado al Quick-Step Weylandt iniciaría una segunda etapa en el Leopard-Trek, donde compartiría liderazgo en los sprints con Bennati y ayudaría a Cancellara en las piedras. El principio de año no fue el esperado, así que después de entrar en el equipo a última hora para el Giro Wouter esperaba un buen resultado en la corsa rosa. Fue noveno en la primera llegada masiva, pero al día siguiente se produjo la desgracia.
Un año después nadie ha olvidado a Wouter. Las escenas del día siguiente, con el Leopard y su gran amigo Tyler Farrar entrando abrazados en meta y el masivo funeral celebrado en Gante nos hablan de un ciclista muy querido en el pelotón, lleno de vitalidad y energía y al que una terrible accidente nos arrebató demasiado pronto.
Desde Cobbles & Hills nuestro más sincero homenaje.
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