Pese al imperecedero calificativo de “Infierno del Norte” que la precede y define, hace tiempo la París-Roubaix no rinde tributo a las condiciones que así gestaron su leyenda: la lluvia, el viento y el frío. Parece que este domingo hay posibilidades de revivir una Roubaix en éstos terminos, almenos así lo apuntan las predicciones metereológicas. Algo que sin duda añadiría a la carrera un grado de dureza fantástico para mejorar el espectáculo, uno de los mejores que se pueden ver en la temporada ciclista y que, sin duda, puede alterar el desarrollo táctico de una prueba más compleja de lo que su descomunal componente salvaje deja entrever. Aquí van tres posibles claves que pueden determinar la carrera del domingo.
1 Boonen, Boonen, Boonen. ¿Boonen?

¿Llegará el póker?
Si los dos últimos años la carrera de disputó en función del indiscutible favortismo de Fabian Cancellara, este año ese papel recae sin ningún tipo de duda sobre Tom Boonen. Lo cual implica varios cambios fundamentales en la situación táctica de partida, pues el campeón flamenco no necesita, a priori, entrar en solitario al Velódromo para ganar y tiene el equipo más fuerte del momento a su alrededor.
Estos dos elementos son los que convierten en muy improbable un desarrollo parecido al del año pasado o de 2007 (victoria de O’Grady desde una fuga muy numerosa), dónde el miedo a Espartaco convirtió en fugas que eran verdaderos pelotones en las protagonistas de la carrera. Omega Pharma-Quick Step tiene equipo de sobras para controlar este tema y llevar la carrera por unos cauces más lógicos dónde la determinación y calidad de Boonen resuelvan en duelo directo con sus rivales.
Tommeke se encuentra ante la posibilidad de pasar definitivamente a la historia como el mejor ciclista de la historia sobre adoquines en caso de vencer e igualar el récord del Gitano De Vlaeminck, algo que sin duda redundará en su tremenda determinación en los momentos calientes de la carrera. Si resistió el envite de Pozzato domingo pasado en el Paterberg, es difícil imaginarlo ceder en un ataque parecido pero esta vez en adoquinado llano. Por otra parte, Boonen no infringe el miedo individual que Cancellara metía a sus rivales. Y esto, de hecho, es otra ventaja ya que sus rivales no tienen miedo a relevarle en caso de marcharse junto a él. Así, lo normal es ver un desenlace parecido al de sus dos primeras victorias, con la selección de los más fuertes, no más de tres o cuatro, jugándose el triunfo en el velódromo. En caso de un desarrollo más conservador y táctico, las cartas de Chavanel y Terpstra pueden ser ganadoras si la carrera sale “poco” seleccionada del Carrefour de l’Arbre, sobretodo si anda por ahí algún ciclista capaz de inquietar a Boonen en el sprint, básicamente Thor Hushovd.
2 La fuga del día
Seguramente este sea el Monumento cuya escapada suele jugar un papel más importante en el desarrollo de la carrera, dónde más lejos suelen llegar en la carrera sus integrantes. Así, los 100 primeros kilómetros sin dificultad y los primeros tramos adoquinados pueden ser decisivos. El papel que jueguen la dirección e intensidad del viento y las caídas por la tensión, en ese tramo también tiene que ser considerado. Este año, con el todopoderoso Omega Pharma-Quick Step este factor seguramente sea menos importante, pero en caso de formarse un corte multitudinario con varios galgos las cosas se podrían complicar.
Esta debe ser la intención de equipos como Sky, RadioShack, Garmin o Rabobank, por poner algunos ejemplos de escuadras con muchos trotones capaces de realizar una gran carrera, pero sin, a priori, ningún gran rematador. Que se lo digan a Johan Van Summeren. Ojo también a la táctica de BMC, con un equipazo con nombres que pueden jugar desde lejos, pero que sí tiene dos superbazas en Alessandro Ballan y Thor Hushovd, dos ciclistas que necesitan desenlaces de carrera opuestos para vencer pero que si consiguen complementarse y correr con unidad, pueden ser la gran amenaza para Boonen y los suyos.
3 Entrar y salir de Arenberg
Mucho se ha escrito sobre el famoso tramo del Bosque de Arenberg a lo largo de los años. El paso por la interminable y deslabazada recta umbría es, sin duda, uno de los momentos de la temporada. Sin embargo, casi tan determinante, o más, que su paso, suelen ser los kilómetros previos y posteriores al mismo. La entrada se parece más a la preparación de un sprint del Tour que no a un tramo a 80 kilómetros para la meta de una clásica. Codazos, empujones, trenes de equipos luchando por un hueco en las primeras posiciones del pelotón… las caídas suelen terminar sucediendo por pura cuestión de probabilidad. No sería la primera vez que un favorito pierde la carrera ahí.
La salida de Arenberg es más peligrosa tácticamente. A los caídos de la previa hay que sumar los pinchados durante los más de dos eternos quilómetros de adoquines destrozados, por lo que toca hacer recuento de bajas y reorganizarse. Esto suele producir momentos de impás perfectos para que aquellos que han salido indemnes del bosque jueguen a ciclistas y monten una avanzadilla. Es tiempo de ataques y contrataques que, bien gestionados, pueden dar una ventaja táctica muy importante para lo que queda de carrera.
Bonus Track: ¿Super Pippo?
No hemos hablado todavía de Filippo Pozzato, lo cual viéndole volar el domingo pasado en De Ronde es una temeridad. Pero Pippo es un ciclista poco analizable tácticamente, almenos a priori. Recordando su exhibición en Kwaremont y Paterberg uno pensaría que lo que más le conviene es una carrera durísima dónde terminen mandando las fuerzas de cada uno, pero lo cierto es que no se recuerda ninguna gran victoria de Pozzato aplastando por superioridad.

El papel de Pozzato será clave
En cambio sí ha ganado mucho y muy bueno pescando en río revuelto, contragolpeando en caos tácticos desquiciando a rivales y sacando su potente final de pura clase. Así, no le conviene más una carrera lenta y caótica dónde jugar su sangre fría? Con Pippo es difícil decirlo. Veremos que versión muestra el domingo, a buen seguro será clave para saber qué tipo de carrera vemos.