Hace algo más de un año el Vacansoleil se llevaba en su primera temporada como Continental Profesional una gran alegría al recibir una de las invitaciones que la Vuelta a España, además de las que ya habían recibido para Tirreno-Adriático, el Tour de Flandes, París-Roubaix y las clásicas ardenesas. Para aquellos que no estaban metidos de lleno en el mundillo, fue una decisión extraña, y poco se esperaba de un equipo casi de nueva creación cuya plantilla estaba configurada, en su mayoría por ciclistas de los modestos equipos continentales P3Transfer – Batavus y el Cycle Collstrop.

Sin embargo, más allá de los corredores llegados de ambos equipos como Borut Bozic, Sergey Lagutin, Marco Marcato, Wouter Mol, Wout Poels o Bobbie Traksel, se hizo un esfuerzo importante para la contratación de un gran número de ciclistas pertenecientes a la clase media-alta como Baden Cooke, Matteo Carrara, Björn Leukemans, Gerben Löwik o Lieuwe Westra entre otros. Sin megaestrellas, se había configurado una plantilla correcta que durante la primavera de 2009 dio muy buenos resultados con victorias en la Estrella de Bessèges, los Tres Días de Flandes Occidental, el Tour de Picardie y el Tour de Bélgica; pero sobre todo, se habían ganado la fama de ser un equipo combativo, y desde la dirección de la Vuelta, se arriesgó y, premiando la buena temporada del equipo holandés, se les concedió una invitación ya la que respondieron llevando un nueve en el que se incluían sus mejores hombres: Carrara, Bozic, Hoogerland, Lagutin, Leukemans, Marcato, Mouris, Pronk y Westra.

No pudo salir mejor. En los primeros días, en su tierra, los holandeses dejaron claro a qué habían ido a la Vuelta y Borut Bozic avisó que en los sprints debía ser alguien a tener en cuenta en las llegadas masivas. Una vez en la península confirmó aquella impresión y el esloveno se alzó con la etapa con final en Xàtiva; con la llegada de la montaña, por su parte, llegó el turno de un Johnny Hoogerland que más allá de su 12º puesto en la general, se ganó un sitio en nuestro olimpo de los Hídolos. Habían cumplido con muy buena nota.

 

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La primera temporada de Vacansoleil había sido un éxito, y, por si fuera poco, el gran Hoogerland se exhibió en el final de temporada con un sensacional Mundial y un extraordinario Giro de Lombardía (con recuerdo incluído al recién fallecido Frank Vandenbroucke en Madonna di Ghisallo – foto).

Durante el invierno, haciendo un esfuerzo económico, el equipo consiguió mantener todas las piezas claves que habían contribuido a la magnífica temporada, y además consiguió la contratación de una de las sensaciones de la temporada 2009, Brice Feillu, y la de su hermano Romain con la clara intención de conseguir entrar en el Tour de Francia, que además este año comenzaba en Rotterdam.

 

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Y así empezaron la temporada, siendo Hoogerland y Bozic los que aún en el invierno francés dieron los mejores resultados, con dos victorias del esloveno en l’Etoile de Bessèges, mientras que en Marzo fue un mes agridulce, ya que el equipo no tuvo un buena respuesta a la invitación a París-Niza, pero en cambio Bobbie Traksel y Björn Leukemans, con buenas actuaciones en las primeras clásicas sobre pavés, consiguieron justamente la invitación para el Tour de Flandes y la París-Roubaix, donde el belga fue cuarto y sexto respectivamente. Pero a partir de ahí llegaron los batacazos. El primero y más fuerte, cuando a finales de Marzo se les denegó la invitación al Tour, lo que hizo que el equipo se tuviese que replantear la planificación de la temporada, encaminándola hacia la Vuelta, y el segundo, cuando sólo se consiguió la invitación para la Amstel Gold Race, donde Marco Marcato conseguiría un Top10 mientras que en las pruebas de Mayo y Junio, la única carrera importante en que serían de la partida sería en el Tour de Suiza con un Top15 de Carrara.

El equipo tuvo que rebajar las expectativas de la temporada aún más cuando a mitad de Junio la Vuelta les denegó incomprensiblemente una invitación, y centrarse en pruebas como el Tour de Polonia, el Tour de Luxemburgo y carreras de un día de final de temporada, en las que, dicho sea de paso, han conseguido grandes resultados. Durante el final de verano, además, se llegó a un acuerdo con el retornado Riccardo Riccò para asegurarse la presencia en las semiclásicas italianas de final de temporada y en el Giro de Lombardía, pero ni así se ha conseguido.

 

foto: cyclingnews.com

 

Y ciertamente toda esta colección de denegaciones de invitaciones que los holandeses se han llevado durante esta temporada es un tema sobre el que los organizadores, federaciones y la UCI deberían abrir un periodo de reflexión. ¿Merece la pena dar entrada a las pruebas a equipos nacionales de menor nivel que otros extranjeros por el simple hecho de ser nacionales? ¿Está el ciclismo en disposición de maltratar de este modo a patrocinadores que han entrado con la ilusión y entusiasmo que lo ha hecho Vacansoleil? ¿Debería aumentarse el número de equipos en cada prueba aunque supusiese una disminución del número de ciclistas por equipo? ¿Es justo el nuevo sistema de clasificación para conseguir acceso a las pruebas importantes, en que Vacansoleil aparece en 24ª posición del UCI World Ranking mientras que se sitúa en la 7ª posición de CQRanking?

De momento el proyecto Vacansoleil sigue intacto, y los reveses recibidos no parecen haber mermado la ilusión, pues con la entrada de un segundo sponsor como DCM para los tres próximos años, la petición de licencia ProTour para 2011 y los fichajes de ciclistas como Riccò, Devolder y Mosquera; parece ser que hay Vacansoleil para rato.

Xavier Andrés