Signo identificativo de la Región de Murcia en lo que a ciclismo se refiere, la Cresta del Gallo, una vez definido el recorrido de esta etapa de la Vuelta 2010, con certeza se sabía se convertiría en juez y parte de la etapa que iría desde Caravaca de la Cruz hasta la capital murciana. Y así ha sido. Una vez formada la escapada del día, integrada por Bichot (BBox), Estrada (Andalucía-Cajasur) y Eichler (Milram), y resuelta ésta misma por el trabajo de Cofidis y Katusha en su mayoría, la entrada en la Cresta del Gallo daría con la muerte y el fin de las posibilidades de los valientes del día, y provocaría el resquebrajamiento parcial de un grupo que conocía los porcentajes y dificultad en su descenso de este puerto catalogado de segunda categoría.

Foto: Graham Watson
El ritmo impuesto por Katusha, con supuesta intención de limpiar el grupo para un corredor con mucha punta de velocidad como es Pippo Pozzato, conseguía tal objetivo, pero no en su totalidad. Experimentado y veterano, Thor Hushovd (Cervélo Test Team), con la casaca de campeón noruego que le distuinguía sobre el resto, empezaba el puerto muy bien colocado tratando de obtener el mayor margen posible para poder cubrir con éxito los casi 4 km de ascensión. Éstos terminarían por definir las posibilidades de los más veloces del grupo reducido que a buen seguro llegaría a la recta final en la Avenida de Miguel Indurain, en Murcia.
Viendo como los sprinters que sobrepasan volata sí, volata también, al noruego, esto es, los Farrar, Cavendish, Hutarovich, Koldo Fernández de Larrea o Freire, iban quedándose por el ritmo impuesto por Alexandr Kolobnev primero y Vladimir Karpets después, las posibilidades de victoria de los más passistas se iban incrementando a medida que éstos, los más rápidos, se distanciaban. Con todo ello, una vez cumplida la preciosa y estrecha subida a la Cresta del Gallo, el descenso daría la opción a otros valientes. Y estos fueron Pozzato, seguido de un no tan convencido líder, Philippe Gilbert (Omega Pharma – Lotto), y de Fofonov (Astana), a quien el llano hasta meta y las intenciones de un Cervélo representado por Iñigo Cuesta y los dos Xavier, Tondo y Florencio, terminarían por vencer.
Encarando la recta final se presentaron como posibles a la victoria el australiano Allan Davis (Astana), Pablo Urtasun (Euskaltel Euskadi) y el italiano Daniele Bennati (Liquigas), quienes consiguieron reengancharse a la lucha por la victoria de etapa tras haberse incorporado al grupo de cabeza en una persecución que duró varios kilómetros, y que también consiguió mitigar los efectos de un pinchazo inoportuno de uno de los líderes del equipo Caisse d´Epargne, Rubén Plaza. Al final, el más rápido de todos ellos, Thor Hushovd, dominó el corral reducido que se postuló en Murcia ante la ausencia de los verdaderos gallos de la velocidad.
Javier Cepedano.