Cuando se habla de historia en el ciclocross nacional se hablan de dos nombres, David Seco y José Luis Talamillo. Ambos con seis títulos en su haber comandan la clasificación histórica de la especialidad. Uno reinó con el nuevo milenio, el otro en los años sesenta. Lo que queda claro es que los dos han sido hasta la fecha los mejores ciclocrossman de España.

José Luis Talamillo (Burgos, 1933 – ídem 1965) sumó seis títulos nacionales, dos segundos puestos y un tercero además de conseguir grandes resultados en la carretera. El segundo puesto en el campeonato nacional en ruta de 1964 celebrado en Bilbao donde nada pudo hacer ante otro grande de la época como Julio Jiménez destaca entre sus logros además de conseguir ser durante dos días líder de la Vuelta a España de 1961. Entre sus victorias en carretera destaca la general de la Semana Catalana de Ciclismo, el GP Villafranca de Ordizia o ser segundo en la Bicicleta Eibarresa –más adelante Euskal Bizikleta-. Pero donde más destacó fue en el ciclocross. A los campeonatos nacionales se sumó un dominio del calendario y sus pugnas y duelos con el iurretarra Antón Barrutia, su gran rival y quien derrotó a Talamillo en el último cross donde el burgalés tomó la salida. El día siguiente de Navidad, Usurbil fue testigo de otro de los grandes duelos entre ambos, pero esta vez, y aunque el burgalés era conocido por tener una buena punta de velocidad, fue derrotado por Barrutia en la recta de meta. En los Campeonatos del Mundo tampoco desentonó. Ante los grandes nombres de la época como Rolf Wolfshohl, Renato Longo o Roger de Clerq firmó un octavo puesto en 1961 como mejor resultado, además de finalizar en décima posición en 1960 y undécimo en 1959 y 1963.

Talamillo compaginó la ruta con el ciclocross

Pero su vida y su carrera se vieron truncadas antes de tiempo. El ciclista burgalés salió a entrenar el último día del año por la carretera Logroño. A su regreso, en el término municipal de Castañares y en una inmensa recta era atropellado mortalmente por un Seat 1600 que arrastró al campeón burgalés durante veinticinco metros provocándole la muerte en el mismo acto. El hecho conmocionó a la ciudad de Burgos. Miles de personas despidieron su cuerpo en la Iglesia de San Lesmes. Talamillo era, y sigue siendo, el deportista burgalés más laureado de la historia. Cuando murió, estaba preparando el Campeonato de España y el Campeonato del Mundo que se iba a celebrar en Beasaín. Curiosamente, había decidido colgar la bicicleta tras la disputa de los campeonatos a los que acudía con la ambición de conseguir su séptimo título y mejorar las prestaciones con su flamante Zeus estrenada en Diciembre.

Con su muerte, el ciclismo español cerraba un año negro. Al fallecimiento de José Luis se sumó el de Amelio Mendijur en el mes de junio tras una caída mortal en el descenso del Puerto de Eizaga. A sus 22 años y con un Campeonato de España a su espalda y un quinto puesto en el Mundial de 1965, dijo adiós una de las más firmes promesas mundiales. Los dos mejores ciclocrossman de la época fallecidos en el mismo año.