El día después de la última batalla en las montañas el viento a favor lanzaba a los ciclistas hacía Burdeos desde Salies de Bearn con 198 kilómetros por recorrer. Previsible llegada masiva, fuga larga consentida y en cabeza del pelotón, después de muchos días, los equipos de los sprinters: Millram, Lampre y, especialmente, el HTC-Columbia de Mark Cavendish.

Cavendish

Los cuatro fugados del día (M. Breschel, D. Oss, J. Pineau, B. Vaugrenard) se escaparon temprano, alrededor del décimo kilómetro de etapa y tras rodar aproximadamente 180 kilómetros en fuga serían alcanzados cerca de pasar el arco de 10 a meta. El último de ellos, a falta de 4 kilómetros, un incombustible Daniel Oss se deshizo de sus compañeros poco antes que estos fuesen alcanzados por el pelotón y se mostró muy fuerte en su pulso con un pelotón que no se dejo intimidar.

Con todos los componentes de la fuga alcanzados, la lucha por el amarillo aplazada hasta mañana y la clasificación de la montaña decidida (Esa sorpresa llamada Chartreau), el pelotón se preparaba para el sprint y se abría la lucha por el vert. En las posiciones cabeceras se entremezclaban las diferentes formaciones con sprinters aún vivos en carrera. A estas alturas de carrera los bloques acusan el cansancio y más tras el esfuerzo por cazar una fuga de lo más insistente hasta el final. La lucha por entrar en cabeza en los últimos kilómetros se vuelve agónica y el pelotón se enfila con cierta facilidad.

El conjunto Sky, que no se había desgastado nada durante la persecución, comandó la llegada hasta que abriendo otra línea llegaron los Cervelo de Thor Hushvod, que al igual que los británicos no habían participado en la labor de caza. El movimiento del Cervelo encerró, entre otros, a Freire y permitió a Mark Cavendish situarse en una posición inmejorable detrás de Thor Hushvod. A su lado el italiano Alessandro Petacchi sería el primero en lanzar el sprint. Alcanzado y avasallado con tremenda superioridad por The Manx Express el italiano fue perdiendo fuelle y cruzaría tercero la linea de llegada. Cavendish cruzaba la meta con los brazos en alto, mirando hacía atrás y soltando de rueda a todos sus rivales. Segundo llegaba el lanzador sin nadie a quien lanzar: Julian Dean.

Cavendish gana su cuarta etapa en el Tour y cierra de una vez por todas las dudas que despertaba su inicio de temporada, Petacchi recupera el verde y, como se preveía, ningún cambio en la general. Mañana la contrarreloj de Burdeos a Pauillac última oportunidad para los hombres de la general antes del paseo final hacía París.

Toni Rota