
(Foto: © Fotoreporter Sirotti)
Pierrick Fédrigo le ha dado al ciclismo francés su sexta victoria de etapa en esta edición del Tour y la segunda al BBox Bouygues Telecom, que ha logrado un doblete impensable en los Pirineos. Fédrigo ha resuelto con éxito una fuga formada en la subida al Tourmalet, a más de 100 km. de la meta de Pau. El pelotón de los favoritos, de unas cincuenta unidades, ha cruzado la meta a casi siete minutos del vencedor. Puede parecer que el día ha sido tranquilo para los hombres de la general, y una gran parte de él lo ha resultado; sin embargo, el inicio de la etapa, en el Peyresoude y el Aspin, ha sido un espectáculo durísimo para el ciclista y admirable para el espectador.
El inesperado animador del inicio de la etapa fue el Omega Pharma-Lotto. Mientras corredores importantes y no demasiado peligrosos, como Armstrong, Sastre o Kreuziger, buscaban la victoria de etapa desde el principio, el sorprendentemente sólido Jurgen van den Broeck apareció en primera persona para asfixiar al pelotón del Tour. Aunque luego le cedió el testigo a su compañero, el veteranísimo Mario Aerts, estos movimientos desembocaron en la locura durante los dos primeros puertos. Llegó un momento, en medio del Aspin, en el que sólo formaban la cabeza de carrera unos 15 corredores, entre los que no estaban hombres como Samuel Sánchez, Robert Gesink o Joaquim Rodríguez. Hasta el descenso entre Aspin y Tourmalet no se reintegraron en el grupo.
La fiesta, el ritmo insostenible, tenía que acabarse algún día y lo hizo en el Tourmalet. ¿Hasta qué punto es entendible que el Omega Pharma, todavía con gregarios para hacer daño, no volviera a agitar el manzano tras la carnicería de los dos primeros puertos? Difícil responder, y más pensando en que luego tirarían del grupo para defender un quinto puesto (¡!). En cualquier caso, la batalla se trasladó hacia adelante, con el admirable ejercicio de aceptación propia de Lance Armstrong. El texano, otrora señor de esta carrera, ha entendido cuál es su rango de acción en este contexto, inédito para él, y ha luchado con orgullo y bravura por la victoria de etapa. El día de hoy ha sido una curiosa vuelta a sus inicios en esta carrera, casi una metáfora vital.
El todavía líder del RadioShack ha provocado que la escapada del día tirara adelante. A él se le unieron nombres de calidad, como Cunego, Fédrigo, Moreau, Plaza, Casar, Barredo, Horner o Van de Walle. Fueron haciendo camino y, pese a que hubo movimientos cuesta arriba, llegaron todos al final del descenso del Aubisque, donde esperaban 40 km. llanos hasta Pau. Toda esta planicie se comió Carlos Barredo en solitario.: el gijonés realizó un movimiento muy optimista que nunca contó con más de 50 segundos de ventaja respecto al grupo, pero que acabó dejándole muy cerca de la victoria. Sólo el trabajo de Christophe Moreau en los últimos tres kilómetros le dejaron sin victoria, justo cuando cruzaba el arco del último kilómetro. Aun así, la de Barredo fue una gesta que por vana no deja de ser gesta.

(Foto:© Fotoreporter Sirotti)
Tras la captura, Moreau siguió tirando para hacerle la llegada a Rubén Plaza. El alicantino, poco medido en estas lides, no pudo más que hacer un tercer puesto, por detrás de Casar y Fédrigo, que batió a sus compañeros claramente. Cunego fue cuarto, en su línea de negación con la victoria en el Tour de Francia. Lance fue sexto y quizá buscará cerrar su historia de amor con el Tour el jueves en el Tourmalet. Por detrás, tras una maniobra dadaísta de Ciolek, Thor Hushovd ganó el sprint del grupo, con el premio de volver a vestir el maillot verde. El noruego, un año más, está batiéndose como el campeón que es para suplir su declive como sprinter. Y sigue siendo el máximo favorito para subirse al podio de París.
Es la tercera victoria de etapa en el Tour para Fédrigo, y también la tercera victoria de su temporada, después de la etapa y general del Critérium Internacional. Un buen palmarés para uno de los máximos representantes de la generación francesa que tanto está brillando en este Tour. Ademas, Anthony Charteau se ha acercado más a la victoria en el gran premio de la montaña, pero deberá vigilar a Christophe Moreau el jueves, tras el descanso de mañana. El jersey de pepas rojas sería un broche magnífico para el impresionante Tour del BBox, uno de los equipos con menos recursos de los participantes en el Tour de Francia, justo cuando necesitan un patrocinador que reemplace a Bouygues. ¿Quién puede no alegrarse por ellos?
David Vilares