
(Foto: © Roberto Bettini)
Pocas situaciones tan extrañas como la de hoy se han dado en la historia reciente del Tour de Francia. Vamos a ir al grano: a 20 kilómetros del inicio de la durísima ascensión a Pailhères, el Astana de Alberto Contador empezó a endurecer la marcha del pelotón. Por delante circulaban nueve escapados de poco peligro (Pierre Rolland, Geraint Thomas, Christophe Riblon, Amaël Moinard, Jurgen van de Walle, Benoît Vaugrenard, David Zabriskie, Stephane Auge y Pavel Brutt) y, aparentemente, menores opciones de victoria. El equipo kazajo mantuvo el ritmo hasta que el gran grupo empezó a subir, momento en el que siguieron tirando, con menos agresividad.
Mientras el grupo iba perdiendo unidades de forma sostenida, algunos advirtieron una buena oportunidad para llevarse la victoria de etapa. Primero lo buscó Rafa Valls -sigue dejando buen sabor de boca en su debut en el Tour-, después Carlos Sastre, con el recuerdo de su victoria en 2003 en la misma llegada de hoy, y más tarde Kiryienka y Cunego. Todos terminarían uniéndose al coronar el puerto, todavía con Riblon, Moinard y Van de Walle por delante, en este orden, en solitario y con dos minutos de ventaja. Con poco más retraso se encontraba el pelotón, en el que Dani Navarro inició la subida final a Aix 3 Domaines, con Vinokourov a rueda.
Ya durante el puerto de Pailhères habíamos podido ver a Andy Schleck y Contador muy atrasados dentro del pelotón, sin llegar a estar en la cola pero siempre alejados de las primeras posiciones. En Aix 3 Domaines, mientras Vinokourov y Navarro hacían la selección definitiva, Contador y Schleck flirteaban con las dos posiciones traseras del grupo. Así siguieron hasta que Vino acabó con su trabajo y, unos cuantos metros después, el pinteño arrancó. Ningún problema para el maillot amarillo: Schleck siguió el demarraje de Contador, y también lo hizo Menchov con algo menos de suficiencia. En vista de que el luxemburgués seguía soldado a su rueda, el dorsal uno del Tour frenó y se reintegraron al grupo los que no habían aguantado el ataque.
Poco tiempo después, Contador volvió a intentar marcharse en solitario. La respuesta fue idéntica y en ese momento, los dos, campeón y aspirante, se quedaron parados y juntos, de la misma forma que llevan toda la semana. Pero que se entienda bien el término ‘parados': Contador y Schleck quedaron descolgados del grupo de Menchov, Samuel Sánchez, Robert Gesink, Jurgen van den Broeck y Joaquim Rodríguez. Uno dejó de seguir el ritmo del grupo y el otro se negó a salirse de su sombra. A río revuelto, Menchov, cuarto clasificado en la clasificación general, se lanzó a buscar unos segundos que le acercasen al podio de París, con Samuel persiguiéndole de cerca.
Cuando su desventaja llegó a superar el medio minuto, decidieron poner fin al curiosísimo esperpento e ir dando relevos para alcanzar al grupo. Han acabado perdiendo 14″ con Samuel y Menchov, finalmente juntos en meta. Por delante de todos ellos ha entrado el triunfador de la jornada: Christophe Riblon. Está claro que el francés se ha visto beneficiado por las inusuales circunstancias de carrera por detrás, pero no lo es menos que gestionó de forma admirable la ascensión a Aix 3 Domaines. Primera victoria para el Ag2r – La Mondiale en este Tour de Francia y, sin lugar a la duda, el triunfo más destacado en la trayectoria de Riblon.

(Foto: © AFP Photo)
La etapa de hoy nos deja muchas dudas en la pareja que se está disputando el Tour. Por una parte, Andy Schleck conserva un maillot amarillo que cada día pesa más y, a la vez, atenaza las piernas rivales, pero mantiene la rémora de la contrarreloj final, para la que 31 segundos parecen pocos; por el otro lado, aunque sigue siendo el máximo favorito para la victoria final, Contador hoy ha puesto a trabajar al Astana con el objetivo de recuperar tiempo e incluso el maillot amarillo, y ni siquiera ha podido despegar por un instante a Schleck. Ninguno de los dos sale convencido de la etapa, mientras que el espectador lo hace directamente desconcertado.
Pero, por raro que parezca todo, esto no es más que la consecuencia más extrema de la incontestable superioridad de Schleck y Contador sobre el resto del pelotón del Tour de Francia. Mañana tendremos el largo Port de Balès y su cima a 21 kilómetros de meta para esperar movimientos decisivos. Lleguen o no, difícilmente veremos algo tan poco usual como hoy.
David Vilares