A última hora y tras un largo viaje en coche comenzó la temporada para Alberto Contador. La absolución a su persona llegó en el último momento. Pese a ello, durante todo este tiempo y hasta hoy mismo, el campeón pinteño está perseguido por el “solomillo gate”. La lentitud del proceso, así como las voces que clamaban en su contra han hecho que esta temporada haya sido la más difícil de su carrera deportiva. Desde que conoció el resultado anómalo hasta que reciba una respuesta final del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) habrá pasado más de 450 días de suplicio.
Centrándonos en lo deportivo, el año también ha sido complicado para él. La planificación de la temporada se centró en la participación en el Giro de Italia; pese a ganar en tres ocasiones el Tour de Francia, el ciclista no tenía segura su participación –cuentas pendientes con el TAS-, decantándose por la prueba italiana donde tenía asegurada su presencia. Comenzando en el Algarve donde defendía la victoria conseguida en 2010 y se quedó a las puertas del podio tras finalizar en cuarta posición, Murcia y Catalunya comprobaron sus buenas piernas. Dos etapas y la general en la Vuelta a Murcia y etapa y general en la Volta. Como venía siendo habitual, Castilla y León fue otra parada en su camino. Allí la Lagunas de los Peces se le atragantó con una pájara que hizo que perdiese las opciones de sumar un nuevo triunfo en la general, contentándose con la victoria en la crono final de Zamora.
Con la disputa del Giro de Italia vimos de nuevo al mejor Contador. La superioridad mostrada en uno de los Giros más duro de la historia fue manifiesta desde el primer día de verdadera montaña en la corsa rosa. Los adversarios, los tiffosi y los medios se rindieron a la evidencia. Dos victorias de etapa, dos “regalos” a Rujano y Tiralongo y los más de seis minutos de ventaja respecto al segundo clasificado corroboraron que un Contador sano y centrado en la carretera no tiene rival en una Gran Vuelta.
Tras hacerse con su segundo Giro de Italia en su cuenta particular, conoció que no existía problema alguno en poder participar en el Tour de Francia. Con la visa del TAS retrasada al mes de Noviembre, los problemas a corto plazo se alejaron de Contador. Entre Giro y Tour sólo participó en los Campeonatos de España de Castellón. El tercer puesto en la contrarreloj individual y el segundo en la prueba en línea mostraron que los entrenamientos llevados a cabo habían transcurrido por el buen camino.
Sin tiempo de maniobra, se acercó el comienzo del Tour. Todos los flashes centrados de nuevo en su duelo junto a Andy Schleck, pero esta vez no todo marchó sobre ruedas. Las caídas y los cortes en el pelotón producidos por éstas lapidaron las opciones de un Alberto Contador que nunca perdió la cara en la carrera. Tras unos Pirineos donde pudimos comprobar que no iba “súper”, Pinerolo y Gap fueron testigos de su valentía, una valentía que parecía haberle hecho recobrar el golpe de pedal que transcurrido más de la mitad de la prueba no había conseguido encontrar. Pero nada más lejos de la realidad. El día en que su archienemigo Andy Schleck se lucía en el Galibier, él perdía por completo todas sus opciones. Eso sí, no se quiso despedir del Tour sin intentarlo. El ataque en las rampas de Galibier y el final de etapa en el Alpe D´Huez regaló una gloriosa tarde de ciclismo para recordar; como en el día anterior, el ciclismo se vistió con tintes épicos en un estilo moderno que tenía casi olvidadas gestas como esas.
Con el quinto puesto en el Tour de Francia puso punto y final a la temporada 2011, una temporada de nuevo en la que pudimos comprobar que en todo lo que participa corre para ganar y en la que la vista del TAS del mes de Noviembre se planteaba como una cita clave para su carrera deportiva. Del resultado de la misma no tendremos respuestas hasta comienzos de año, un año 2012 que esperamos que sea el de la vuelta a la normalidad para él y en la que las victorias sigan cayendo de su lado como hasta ahora.