
(Foto: © Roberto Bettini)
Tras dos jornadas de descanso hacia el Macizo Central, con los Pirineos en el horizonte, el pelotón del Tour de Francia ha vivido una etapa muy intensa con final en el aeródromo de Mende. En 1995 y 2005 ganaron dos pupilos de Manolo Sáiz (Jalabert y Serrano), así como en la París-Niza de 2007 (Contador); hoy Joaquim Rodríguez ha continuado con la tradición oncista y le ha ganado al sprint a Alberto Contador. El pinteño, por su parte, le ha recortado diez segundos en la clasificación general a Andy Schleck, que conserva el maillot de líder. Atrás quedaron dos días de sol plomizo: el primero, con victoria para el RadioShack y Sergio Paulinho, resolviendo la fuga de la fiesta nacional francesa; el segundo, con la certificación de que Mark Cavendish está de vuelta.
El día de hoy empezó fuerte, con mucha actividad en el tramo inicial hasta que se estableció una fuga de mucho nivel, con hombres peligrosos para la general (Vinokourov, Hesjedal, Klöden) entre los 18 que la formaban. El volumen y la importancia de los fugados obligó a un desgaste continuo al Saxo Bank, que nunca pudo permitir que la escapada tomara ventajas peligrosas. No obstante, sí fue preocupante cuando, a 40 kilómetros del final, Andreas Klöden incrementó el ritmo y sólo le pudieron seguir Kiryienka, Vinokourov y Hesjedal. Las diferencias estuvieron a punto de llegar a los cuatro minutos. Fue en ese momento cuando Cervélo y Liquigas ayudaron al conjunto de Riis y entre todos consiguieron que, a pie de la subida a Mende, el pelotón estuviera a menos de un minuto de la cabeza de carrera.
Los dos de las repúblicas ex soviéticas aceleraron en las primeras rampas de Mende y ni Hesjedal ni Klöden pudieron seguirlos. Por detrás, Joaquim Rodríguez rompió el ritmo que llevaba Jurgen van den Broeck y provocó también el movimiento de Alberto Contador. Andy Schleck reaccionó algo más lento de lo esperado, con Van den Broeck a rueda, y, aunque lo hizo bien, Contador consiguió abrir hueco con el maillot amarillo y alcanzar a su compañero Vinokourov, solo en cabeza de carrera. Alcanzar e inmediatamente doblegar: Vinokourov pagó el cansancio acumulado y no pudo ayudar a su líder a distanciar a Schleck. Purito y Contador se quedaron solos en cabeza, con una diferencia exigua pero suficiente para disputar la victoria.
En ese momento, Rodríguez, acostumbrado a trabajar por libre en sus tiempos en el Caisse d’Epargne, le ofreció a Contador un pacto que le otorgase la victoria de etapa al catalán y más segundos de ventaja al madrileño. Contador, no sabemos si por respeto a su compañero Vinokourov, por ansia de lucimiento personal, por homenajear a su mentor cántabro o por eddymerckxismo, le dijo que no y los dos corredores patrios se disputarían la victoria de igual a igual. A primera vista, cualquiera de las razones que motivasen la negativa de Contador está justificada: no se le puede criticar a un ciclista que quiera ganar. La competición es uno de los valores más importantes sobre los que se construye la belleza de este deporte.
Lo que sí es reprochable es que, si quería ganar, lo hiciese tal y como lo hizo: Contador tomó la posición cabecera, como indicaba la lógica de la general, dándole ventaja en el sprint a Purito, que arrancó para levantar los brazos, sin que el campeón pinteño hiciera ni amago de cogerle la rueda en su sprint. La primera victoria de la carrera de Quim en el Tour de Francia llega en su primera participación, con 31 años. La pregunta es qué pensarán por Pamplona después de quedarse cerca de la victoria por tercera vez en cuatro etapas. Vinokourov entró tercero, entre el dúo de españoles menudos y el grupo del líder, que saldó la jornada con diez segundos menos de ventaja, el equipo cansado y la ventaja moral perdida.
Mañana tendremos un día de transición entre Mende y los Pirineos, con el combo Pailhères-Ax 3 Domaines del domingo. La llegada a Revel será una jornada tranquila para los gallos y otro capítulo más en la lucha por el maillot verde, después de que Hushovd lo haya recuperado en la fuga de hoy.
David Vilares