¡Hola de nuevo!

Hoy os voy a contar la segunda parte de mi experiencia en Palma de Mallorca dando vueltas al velódromo, convirtiendo la energía potencial cuando subimos a la parte de arriba del peralte (que ya me daba menos miedo subir y bajar) en energía cinética (velocidad) cuando bajamos a la parte baja, normalmente para atacar o para volver a entrar en el relevo, habiendo subido previamente para salir de él, como hacen algunas centrales hidroeléctricas subiendo agua cuando hay mucha generación de energía y poco consumo, y luego dejándolo bajar para aprovechar esa energía almacenada debido a la altura (energía potencial) cuando se necesita esa energía.

Tras este breve comentario “físico” os voy a contar como conseguí la medalla de bronce en la prueba de scratch. Como ya os dije, salimos con bastante retraso, ¡pero mereció la pena esperar! Las 60 vueltas o los 15 kilómteros que teníamos que recorrer iban a ser muy rápidos y desde el principio se sucedieron los ataques y aunque a mí me costó un poco arrancar y ponerme a tono, en seguida avancé y me metí en el corte más peligroso con otros 7 corredores, que tras unos cuantos relevos bastante rápidos conseguimos ganar una vuelta a mitad de carrera que decidiría la lucha por las medallas. En el corte iban dos corredores baleares por lo que se dedicaron a controlar la carrera hasta el final para llegar todos juntos al sprint y así fue. En las últimas vueltas estuve muy atento a los posibles cortes y probé un par de veces, pero las fuerzas estaban muy enteras y era imposible romper el orden del grupo, así que cuando quedaban 3 me colqué 4º para sprintar con todas mis fuerzas en la última vuelta. Iba rápido y bien colocado, con fuerzas, pero tras ponerme 3º en la última vuelta no fui capaz de avanzar más posiciones, iba con muchísima cadencia (ahí me di cuenta de que debería haber llevado 52×14 en vez de 52×15) y creo que el no haber trabajado ese tipo de esfuerzos no me permitió estar más alante y luchar con el valenciano (que es impresionante lo que hace siendo junior) y el balear, que se marcaron un sprint memorable porque las fuerzas las tenía. Pero como ya os digo, ¿quién me lo iba a decir a mí? Estaba contentísimo.

Esta medalla de bronce me hizo salir con muchísimas ganas el sábado por la mañana, a pesar de haber dormido poco ya que cenamos a las 11 de la noche y a las 7 ya estábamos arriba. Nada importaba, ni la muela, ni el cansancio, ¡No hay dolor! Me decía a mí mismo calentando para la puntuación que me tocaba a las 10 de la mañana: 160 vueltas con sprint puntuable cada 10.

Empecé un poco frío, como en el scratch, porque yo siempre soy de los que les cuesta poner el motor “a la temperatura de trabajo” jejeje. Salida rápida una vez más, y estoy atento pero no me meto en los dos primeros sprints porque hay mucha guerra y muchas fuerzas aún, y sé que la carrera se empieza a decidir más adelante. Ya en el tercer sprint me meto pero veo que todavía no voy como me gustaría, me falta esa chispa de los últimos metros, así que empìezo a intentar hacer cortes para ganar vuelta, que es lo más importante en estas pruebas, aunque luego entre los mejores decidan los sprints.

Lo intento, lo intento, pero las selecciones de Murcia, Baleares y Euskadi, con 3 corredores muy activos cada una lo tienen más o menos controlado y parece que no quieren cortes grandes, sino 4 ó 5 corredores y yo a todo no puedo estar y es cuando veo que se me va un corte de 6 muy muy rápido con estas tres selecciones representadas. Empiezo a dudar, nadie sale, y lo intento yo “de peseta”. Sé que todo el mundo va a salir así que no duro ni media vuelta y me subo para arriba del peralte, transformando mi velocidad en energía potencial para rápidamente soltar otro ataque desde arriba según la gente se estaba subiendo detrás mía, y con ese movimiento ya pude abrir unos metros que me permitieron escaparme del grupo y con mucho esfuerzo coger a los 6 escapados, ya que fueron varias vueltas rodando solo y a tope, pero la cosa pintaba bien, ¡empezaba a carburar!

Cogimos vuelta y de nuevo ataques, a los que salí a rueda para recuperar el esfuerzo mientras afilaba el cuchillo para lanzar un nuevo ataque unas vueltas después, al que solo me respondieron 3 corredores, y creo que ninguno de ellos había ganado vuelta antes. Y digo creo porque tras ese ataque, gané el sprint pero enseguida se suspendió la carrera porque hubo una caída en el peralte con tres corredores en el suelo atendidos mientras pasábamos al lado, así que tocó esperar a que se normalizase la situación, que por suerte no fue grave y a los 15 minutos se reanudó la carrera.

La verdad es que a mí me vino fatal ese parón, porque justo había atacado y marchaba escapado, había entrado totalmente en calor y ahora me iba a tocar arrancar de nuevo y sin la ventaja que había ganado antes, ¡pero había que seguir luchando! Así que se arrancó otra vez de forma muy rápida, y ya se empezó a ver que Albert Torres era uno de los más fuertes y el más rápido, cogiendo muchos puntos en los sprints, mientras yo intentaba cortar la carrera de nuevo pero ya me empezaron a vigilar seriamente y me ví en inferioridad ante 3 corredores de cada selección y pasó lo que me temía, se escaparon 6 y me cogieron vuelta. Pese a ello seguí atacando una y otra vez, porque pensaba “ya que estoy aquí hasta el último gramo que me quede” aunque no me dejaban, hasta que hice la misma del principio, el ataque fácil seguido del definitivo, y me volví a ir solo. Gané el penúltimo sprint y les cogí vuelta a todos, poniéndome a tiro de las medallas, pero quedaban muy pocas vueltas y los murcianos no me dejaron respirar y entraron delante mía en el sprint final, por lo que terminé 5º pero pensando que podía haber hecho mucho más.

Casi sin bajarme de la bici, tras 20 minutos de rodillo, me tocó la velocidad por equipos, en la que hice la 3ª vuelta, siendo quintos también y tras otra media hora de rodillo, la persecución por equipos, que apenas habíamos entrenado y me cogió a mí ya con el depósito en la reserva en la que fuimos sextos. Ya véis, ¡una mañana maratoniana!

Por la tarde me tocó la última prueba, el kilómetro CRI, que tampoco había podido preparar y en el que la salida y la primera vuelta es fundamental y claro, en ella hice el peor tiempo, pero luego remonté y al final hice 6º, notando también los esfuerzos de la mañana, pero quedando bastante contento con mi actuación, ¡porque vaya día! ¡Hasta 3 horas de rodillo contabilicé en mi power tap!

Para acabar, os cuento que a partir de ahora entrenaré más la pista porque creo que puedo mejorar bastante sobre todo en algunos aspectos técnicos, y en función de si encuentro equipo para el año que viene correría la Liga de Pista, algún trofeo que otro y de nuevo los Campeonatos, ¡así que esto no ha hecho más que empezar!

Y por eso mismo, está claro que no lo voy a dejar aquí y voy a seguir dando pedales, sea donde sea y en gran parte gracias a todos los ánimos que he recibido, de corazón, ¡no sabéis como os lo agradezco!

¡Un saludo a todos!

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