Finalizada la Vuelta es tiempo de analizar lo que la temporada de GTs nos ha ofrecido, y vistos ya los equipos que han ganado en las tres carreras de tres semanas, es tiempo ahora de repasar aquellos equipos que no han podido cantar victoria ni en el Giro, ni en el Tour, ni en la Vuelta. Cronos, fugas, sprints, montaña, uphill… escenarios los ha habido todos, y en total han sido 63 las oportunidades desvanecidas.
Nuestro equipo pirado por excelencia, Vacansoleil – DCM, mal que nos pese tiene el dudoso honor de figurar en esta lista. Poco se le puede echar en cara a un equipo que nunca se esconde, que siempre está preparado para la batalla, y que intentarlo, lo intenta. Su gran problema ha sido la ausencia de un rematador capaz de lograr la victoria -que en escenarios menores consiguen regularmente- ante los grandes nombres del pelotón.
En el Giro nuestro HIDOLO Johnny Hoogerland fue el más activo entre los neerlandeses, aunque siempre corriendo a contrapié nunca tuvo opciones reales de luchar por la victoria. Cambió en el Tour, donde Romain Feillu pronto demostró que esta vez sí, ya estaba preparado para luchar por la victoria en los sprints de la ronda francesa discutiendo la hegemonía del mismísimo Mark Cavendish, pero unos inoportunos problemas físicos hicieron que tuviera que bajarse de la bicicleta antes de lo esperado. Ya en el mes de septiembre, la Vuelta era el escenario en que Wouter Poels tenía que dar al equipo la gloria negada anteriormente; se mostró realmente bien en la montaña, pero por unas cosas u otras siempre había alguien más fuerte o simplemente delante suyo tanto en los uphill como en la alta montaña.
El caso de Quick Step sí que es preocupante, más incluso cuando la temporada anterior, junto al Team HTC – Columbia fue el único que pudo ganar en las tres grandes gracias a Pineau y el malogrado Weylandt en el Giro, a Chavanel en el Tour y a Barredo en la Vuelta. Voluntad de lograr triunfos ha existido, pero para ser sinceros se podría haber esperado mucho más de ellos. Con sprinters y cazaetapas de nivel lo normal hubiese sido tener alguna victoria en el zurrón.
Al Giro el equipo fue a ver qué se pescaba en los sprints con Chicchi y Ciolek, pero estuvieron lejos de luchar por más que un quinto puesto, mientras que Seeldraeyers, pese a estar cerca de conseguirlo en San Pellegrino Terme, no tuvo opción real en la llegada. Al Tour el equipo fue con todo pero las desgracias pronto haría mella, Boonen se fracturó la clavícula y Chavanel corrió lastrado más de la primera mitad de carrera y ni Terpstra, ni Pineau, ni Ciolek estuvieron siquiera cerca de conseguir algo. Por último en la Vuelta se ha visto un equipo algo más agresivo, especialmente a un Chavanel en gran forma que tuvo en Totana su opción, Boonen mientras preparaba el Mundial seguía lejos en los sprints, y casi sin esperarlo Vandewalle tuvo su oportunidad en Noja pero pecó de generoso.
Por último, el tercer equipo que se va de vacío de las GT y el más sorprendente de ellos es RadioShack, un equipo habituado a las mieles del triunfo pero que esta temporada, con multitud de outsiders y grandes corredores, pero sin un killer han visto como las oportunidades pasaban una tras otra sin tener en ningún caso opciones reales de luchar por ellas, ni en ruta ni en una de sus especialidades como es la CRI y la CRE. Si como en años anteriores la general les hubiera salvado tendrían excusa, pero también ahí han fallado y sólo les ha salvado su buen hacer en las pruebas de una semana primaverales.
En el Giro, en un equipo donde su único hombre fuerte era un Tiago Machado que pronto se vio que no estaría a la altura del Giro’11 la CRE fue su mejor día, pero para ganar en ese terreno a HighRoad se necesita más que un buen día. En el Tour las desgracias se cebaron con ellos, uno tras otro Klöden, Leipheimer, Horner y Brajkovic besaron el asfalto y los que a duras penas resistieron, poco pudieron hacer. En la Vuelta, tres cuartos de los mismo, mucho segunda espada, pero muy poco resultado y poca lucha, sólo el día de Totana ante dos superclases como Lastras y Chavanel parecía que Irizar podría tener opciones y el día de Noja, cuando Paulinho lanzó un gran ataque que sólo la inusual unión del grupo que le perseguía pudo controlar.
El año que viene más y por su bien esperemos que mejor.