El dicho dice que “no hay dos sin tres”, quizás por ello Andrea Guardini (Astana) no ha querido esperar ni siquiera un día para conseguir su tercer triunfo de la semana. Ayer mismo terminaba su participación en Dinamarca, donde conseguía dos victorias de etapa, y sin un día de descanso de por medio, consigue su mejor victoria de la temporada en una jornada en la que las caidas han sido grandes protagonistas.
Como era de esperarse, la jornada siguió el guión visto tantas veces en este tipo de etapas. Gatis Smukulis (Katusha), Laurens de Vresse (Wanty – Groupe Gobert) y Kenneth Van Vilsen (Topsport Vlaanderen) fueron los valientes que intentaron lo imposible. Más de ocho minutos de ventaja fue lo que les permitió coger un pelotón, que en todo momento tuvo controlada la carrera y acabó con su aventura a falta de dieciocho kilómetros para el final.
Sin dificultades montañosas en la etapa, la lluvia, el viento, y las continuas isletas y rotondas fueron lo que pusieron en tensión a los corredores durante la jornada. A pesar de las constantes caídas, y algunos abanicos formados por un fuerte viento lateral, finalmente un gran número de ciclistas consiguió llegar dentro del pelotón. No estaban entre ellos velocistas como Sacha Modolo (Lampre – Merida), Matthew Goss (Orica GreenEdge), o Danny van Poppel (Trek) que dieron con sus huesos en el duro asfalto ya a pocos kilómetros del final.
En los últimos instantes de la etapa, el equipo de Andre Greipel, Lotto – Belisol, intentaba controlar el pelotón con mas ganas que fuerzas. Esto lo supo ver un Tom Dumoulin (Giant – Shimano) que a falta de un kilómetro lanzaba un duro ataque que estuvo muy cerca de dar sus frutos ante la falta de fuerzas en el grupo. Pero para mala suerte del neerlandés, el viento en contra terminó de frustrar su ataque, y a apenas veinte metros de la llegada se veía superado por un pelotón en el que Andrea Guardini vencía con suficiencia, consiguiendo además de la victoria de etapa, el liderato en la general.