No ha podido ser, Tom Boonen no ha podido alzarse con su quinto Tour de Qatar. A pesar de su doble triunfo parcial -y van 22-, la fuga rematada con éxito por Niki Terpstra y la novedosa contrarreloj individual le han privado de la victoria en una carrera con la que hace tiempo que mantiene un idilio, aunque siendo como es el Tour de Qatar una prueba inferior no es una derrota que duela, y más cuando el triunfo final ha acabado siendo para su compañero.
Porque Qatar es, por encima de todo, una puesta a punto. Una puesta a punto para las clásicas, ya que allí se reúne la flor y nata de los clasicómanos aprovechando una carrera en la que el fuerte viento, los abanicos, la lucha cuerpo a cuerpo, las carreras rotas, el trabajo de equipo y los sprints reducidos son el pan de unos ciclistas que sufren en febrero sabiendo que en marzo y abril recogerán sus frutos. Y eso supo entenderlo Tom Boonen desde el primer momento, pues sólo en un convulso 2013 ha fallado a la cita qatarí. Casualidad o no existe una curiosa correlación entre la carrera árabe y sus Monumentos, a saber, Milano-Sanremo, De Ronde van Vlaanderen y Paris-Roubaix.

@cobblesandhills
Si gana Qatar, gana un Monumento
2006, 2008, 2009 y 2012
Probablemente sea el dato más contundente de todos los que aquí se presentan y la de más fácil análisis para explicar la relación entre la carrera qatarí y los Monumentos de Primavera. Unos optan por esperar un tiempo más a llegar a ese punto de forma ideal y deciden pasar de puntillas por las carreras de Oriente Medio, acudiendo a ellas más por motivos comerciales que por motivos estrictamente deportivos, pero otros como Tom Boonen no lo entienden así.
Una carrera que se adapta a la perfección a sus características y su extraordinario carácter competitivo son motivo más que suficiente para luchar por la victoria mes y medio antes de sus grandes objetivos, un símil más que adecuado a los sprints de sus mejores días que por momentos parece recuperar, un esfuerzo mantenido en el tiempo que acaba reportándole éxitos. Así de simple, cuando Tom Boonen ha triunfado en Qatar siempre ha levantado los brazos, en RvV’06, en PR’08, en PR’09 y en RvV’12 y PR’12, su segundo doblete. Una cuenta que podría haber aumentado de no haber regalado MSR’06 a Filippo Pozzato.
Si gana Qatar, su equipo gana De Ronde
2006, 2008, 2009 y 2012
Queda claro pues que cuando Tom Boonen está fuerte a mediados de febrero, estará fuerte durante las primeras semanas de abril. Y estando fuerte Tommeke hay una carrera en la que su simple figura infunde miedo en sus rivales. De Ronde van Vlaanderen. Su carrera. Se plantaba a la cita de 2006 con el maillot arcoíris, el número 1 en la espalda y su primer Tour of Qatar bajo el brazo, y no falló, llegó a meta junto a Leif Hoste y le fulminó al sprint.
Luego llegaron las ediciones de 2008 y 2009, dos ediciones calcadas en las que Stijn Devolder se aprovechó de la infinita superioridad táctica que generaba la sola presencia de Tommeke para alzarse con los dos grandes triunfos de su carrera, dos triunfos que para muchos debieron haber sido para un Tom Boonen que, sin embargo, podría resarcirse una semana más tarde en el Velódromo de Roubaix en ambas ocasiones. Y así se llegó a 2012, año en que Tom Boonen se convirtió en Tom van Vlaanderen al igualar los tres triunfos de Deman, Buysse, Magni, Leman y Museeuw tras batir en el sprint a Pippo Pozzato y Alessandro Ballan para, una semana después, convertirse en leyenda en el Velódromo al igualar los cuatro triunfos en Paris-Roubaix de De Vlaeminck.

photo: reuters
Si sube al podio en Qatar no gana ningún Monumento…
2004, 2007 y 2010
Corría el año 2004 y un joven Tom Boonen había aterrizado en el pelotón para quedarse. Su increíble actuación en Paris-Roubaix dos años antes supliendo los crónicos contratiempos de George Hincapie le había hecho saltar a primera línea, y ya a sus tempranos 23 años se apreciaba en él un gran proyecto de clasicómano que se movía como pez en el agua al sprint. Pero en esa disciplina estaba todavía algo verde y dos ciclistas mucho más curtidos como Hunter y McEwen se beneficiaron de las bonificaciones en la edición inaugural, una juventud que también acabaría pesándole durante la Primavera.
Diferentes fueron las dos ediciones siguientes que le vieron flanqueando al vencedor en el podio, en las que las fugas decidieron la carrera en favor Wilfred Crestkens y Wouter Mol -junto a Geert Steurs-, quienes le apartaron de una victoria con la que hubiese alzado de no haber saltado las sorpresas.
… pero sólo así ha subido al podio de Sanremo
2007 y 2010
Una sorpresa que, a mucha menor escala, en ambas ocasiones estuvo a punto de dar él en la Classicissima, probablemente el gran lunar de su carrera, ya que es una laguna importante para un hombre de su talla teniendo en cuenta sus características. El caso es que en ambas ocasiones se hubiese alzado él con la victoria, síntoma del buen momento que atravesaba en Qatar, un buen momento con el que también acudió al tercer sábado de marzo de aquellos años. Pero en Via Roma se topó en ambas ocasiones con un cántabro para el que la Milano-Sanremo estaba siempre marcada en rojo en su calendario, Óscar Freire.
En su primera victoria en 2004 en la que Boonen no fue capaz de superar el Poggio, Freire fue el verdugo de Erik Zabel, mientras que en 2007 hizo lo propio con el belga relegándole a la tercera posición, al igual que en 2010, cuando no le dio opción y tuvo que conformarse con una segunda posición a la que seguiría otro segundo puesto en el legendario duelo ante Fabian Cancellara decidido en las faldas del Kapelmuur.
2005, la excepción
Tom Boonen es leyenda. Igualado en el histórico de victorias con los más laureados en Paris-Roubaix (4) y De Ronde van Vlaanderen (3) y siendo en solitario el hombre con más Monumentos adoquinados en su haber con siete, el belga tiene otro registro que nunca nadie ha conseguido, sumar al doblete en Primavera el Campeonato del Mundo en ruta. Aquella hazaña la logró en 2005, año en que de una tacada ganó sus dos primeros Monumentos y que curiosamente no le vio triunfar en Qatar, pues el equipo CSC le dio a probar su propia medicina aislándole primero en un corte provocado en los instantes de la tercera etapa y más adelante jugando a la perfección sus bazas lanzando hacia delante a dúo a Lars Michaelsen y Matti Breschel mientras por detrás Guidi, Bruun Eriksen, Lombardi y Bak dominaban a la perfección la situación logrando distanciar a Tommeke a más de cinco minutos.

photo: AFP
Mal año en Qatar, mala temporada
2011 y 2013
Si el primero de los datos ofrecidos en cuanto a la coincidencia entre triunfos en Qatar y triunfos en Monumentos era evidente, no lo es menos éste. Dos son los borrones de Tom Boonen en su carrera, 2011 y 2013, dos temporadas en las que no pudo subir al podio de ninguno de los tres Monumentos y en las que su actuación en Qatar estuvo lejos de las de otros años. En 2011 fue un pinchazo en un momento crítico lo que le apeó del grupo, muchos vieron en la imagen de Tommeke exprimiéndose tras los característicos todoterrenos qatarís la prueba de el belga daría batalla en abril, pero ni mucho menos, pues acabó viéndose desbordado en un año en que las sorpresas dominaron los Monumentos y él sólo pudo conformarse con su segunda Gent-Wevelgem.
Muy diferente fue el caso de 2013, un año que empezó ya torcido con una infección en el codo que le obligó a pasar por quirófano y que hizo que en su planificación Omán ocupase el lugar de Qatar con discretos resultados que no auguraban buenas sensaciones para las grandes citas, y en efecto así fue, pues no finalizó Milano – Sanremo por las adversidades climáticas ni De Ronde por una caída en los compases iniciales que le mantendría inactivo a la vez que apático durante el resto del año.
¿Y si es segundo en Qatar y gana un compañero?
2007
Esta es la situación que se ha dado esta temporada en la que Niki Terpstra se ha alzado con el triunfo y Tom Boonen ha tenido que conformarse de muy buen gusto con la segunda posición y dos victorias de etapa, caso muy similar al sucedido en 2007 cuando Wilfred Crestkens aprovechó una fuga numerosa que llegó a buen puerto -la única que lo hizo aquel año-, la contrarreloj por equipos ganada por QuickStep – Innergetic y verse metido en todos los movimientos de ruptura de carrera del equipo manteniendo el maillot de líder hasta la etapa final en Doha. Aquel año se saldó con podio en Sanremo y fiasco doble en los adoquines, aunque meses más tarde acabaría salvando el año con dos victorias en el Tour y el maillot verde.
Bonus track, hablemos del Mundial
Resulta imposible hablar de Tom Boonen y Qatar sin fijar la vista en 2016, en los Mundiales de Ciclismo que albergará el Emirato Árabe. Un Mundial que se presume muy similar a lo que encuentran los ciclistas cada vez que visitan el país, es decir, llano, desierto, viento y buenas carreteras, un escenario en el que Boonen ha conseguido triunfar durante todo este tiempo. Se rumorea que se disputará durante el mes de octubre, justo cuando el belga cumpla los 36, una edad más que considerable, aunque teniendo en cuenta su historia de amor no seremos nosotros quien le restemos opciones a más dos años y medio vista.