Momentos difíciles son los que nos toca vivir en ‘mundillo’ ciclista; Víctor Cabedo (Onda – Castellón – 1989) ha fallecido a primera hora de la tarde mientras entrenaba en ‘sus’ carreteras de toda la vida, donde llevaba entrenando desde muy joven. En la CV-200, entre Almedíjar y Aín, descendiendo un tramo de carretera que al parecer se encontraba en mal estado, ha chocado contra un coche, cayendo después por un barranco. No se sabe si el fallecimiento es efecto del choque o de la caída. Tras el accidente, cerca de las dos de la tarde, acudían efectivos de los bomberos de Castellón rescatando el cuerpo, ya sin vida, de Cabedo.
De 23 años, el ondense llevaba una temporada difícil. Tras pasar del Orbea, viniendo del Seguros Bilbao, al Euskaltel – Euskadi, había enfocado su temporada a aprender en el máximo nivel. Tour Down Under, Volta a Catalunya, Giro de Italia, ENECO Tour y Tour of Britain fueron sus grandes carreras del año. A todas fue a aprender y ayudar, a conseguir que sus compañeros tuvieran la oportunidad de levantar los brazos, y en varias de estas carreras lo consiguieron.
Víctor Cabedo era un gran promesa de nuestro ciclismo. Con él se van esperanzas, futuras alegrías y muchos buenos momentos que estaban por llegar. En su corta carrera, porque la fatalidad ha impedido que pudiera tener más oportunidades en este ciclismo y en esta vida, el corredor del Euskaltel – Euskadi tuvo muy buenos momentos. En 2010, corriendo para Seguros Bilbao, había vencido con muchísima categoría el Memorial Valenciaga ante Raúl Alarcón, Javier Etxarri y su compañero Ramón Domene. En 2011, en la Vuelta a Asturias, bajo un tremendo aguacero, el castellonense resolvió, con clase, una fuga camino de Oviedo. Con esa imagen nos quedamos; con la de un corredor joven, con ilusiones, que conseguía su primer triunfo en profesionales. Tenía mucho futuro. Tenía muchas ganas. Como cualquier joven deportista.
El mundo de ciclismo piden soluciones. Grandes corredores en activo, ex corredores como ‘Perico’ Delgado, sus antiguos equipos o periodistas piden respeto. Piden, tan solo, un metro y medio. Hace falta conciencia social. Y aunque las circunstancias exactas del accidente no se conocen, hay que pedir más. Más conciencia y más respeto. Por Víctor y por los muchos, anónimos, que cada año se dejan la vida en la carretera.