¡Hola de nuevo!

Hoy os voy a contar como fue el Campeonato de Castilla y León de pista, lo que fue mi vuelta a los velódromos tras varios años sin competir, salvo el Campeonato de España del pasado octubre en el que llegué a la conclusión de que a pesar de haber perdido chispa, en las pruebas de fondo podía seguir dando guerra. Y tras cuatro años sin disputar el campeonato regional volví con la intención de “recuperar” los títulos de persecución individual que ganaba en categorías inferiores… ¡y así fue! Pero ni mucho menos fácil.

El sábado fue un día duro porque el viernes había ido a correr a Hervás, Cáceres, ya que me pillaba relativamente cerca (eso para mi son 200km) y mi padre quería ir a verme, así que al ser un circuito lo iba a poder hacer bien. Allí me fui, motivado también por la cada vez más acentuada suspensión de carreras, que hace que el panorama en Agosto, salvo en el norte, sea desolador. Así que me planté en medio de la ola de calor, que en Extremadura nos atacó especialmente, con cuarenta grados a las cinco de la tarde y un aire caliente que parecía que había gente con sopletes en las cunetas calentando el ambiente.

Salí con al intención de quemar la carbonilla para el campeonato, ayudando a mis tres compañeros si fuese necesario, y sin presión ninguna además que se veía que la victoria iba a ser cosa de dos equipos, Extremadura-Spiuk y Diputación de Ávila que acudían con unos quince corredores cada uno y que monopolizaban todos los cortes y rápido pusieron terreno de por medio. Yo llevaba a Hector Dueñas y a Víctor Holgado por delante así que me limité a estar atento y a rodar con la boca seca, el pulso por las nubes y la piel empapada de sudor. Al final, sinceramente no sé ni cómo quedé. Fuimos cogiendo gente de la fuga pero era muy numerosa. Hice tercero del grupo, supongo que top15 pero el objetivo era el domingo.

Y a Valladolid me fui, tras llegar el viernes a las 23:00h con treinta y cinco grados en el coche y levantarme el sábado a las 7:00h con un sueño de narices y en ese momento pocas ganas de dar pedales pero había que subirse al rodillo rápido para calentar que empezábamos a las 10:30h. La primera prueba era velocidad cosa que nunca he hecho en serio y que simplemente fue para tomar contacto con la pista y dar unas vueltas ya que el calentamiento en su mayor parte debe hacerse en el rodillo. Posteriormente fue la prueba del kilómetro contrarreloj, una modalidad que se me hace demasiado corta, no me disgusta pero en la que siento que no soy capaz de darlo todo, ya que cuando estoy a tope prácticamente se acaba, ¡es que me cuesta mucho arrancar y poner la velocidad de crucero! Así que me la tomé como calentamiento de calidad porque empecé más tarde a ponerme en marcha ya que mi bici de pista no tenía pedales y le tuve que poner los de la de carretera y entre unas cosas y otras se me echó el tiempo encima. Finalicé quinto y consciente de que no lo di todo, además de no llevar el desarrollo adecuado. Lo dicho, ¡no es mi prueba! Y sí lo son las dos que quedaban…

Para terminar la mañana, eliminatoria de persecución, con rodillo para soltar de las anteriores pruebas, un leve descanso para ir al baño y vuelta al rodillo. Así transcurre la mañana. No hay que enfriarse que con pruebas tan cortas. Seguí a lo mío, aunque no terminaba de sentirme a gusto, aún notaba que no había “sudado” lo suficiente la carrera de ayer. Parece mentira pero cuantos más kilómetros haces y más tiempo pasa mejor te encuentras. Por tanto la eliminatoria no fue fácil. Salí mal, me iban comiendo el terreno y hasta el kilómetros dos no conseguí emparejarme con el corredor de Diputación de León que salió conmigo pero al final le acabé doblando y me clasifiqué como segundo. ¡Objetivo cumplido!

Tras una comida ligera y un par de horas tumbado en el cesped esperando a que llegase la jornada de tarde (que largas se hacen esas horas antes de correr…) y pasando un calor curioso, me mentalicé para darlo todo en las pruebas que desde el principio venía a ganar. Casi para empezar, la final de persecución, ya que solo fueron delante las finales de las otras categorías así que salí pensando que no había calentado lo suficiente, pero sabía que tenía que tener paciencia, que mi mejor versión se veía en el último kilómetro de los cuatro que tiene la prueba. No me equivoqué, me costó emparejarme con Alejandro Arribas pero de nuevo fui de menos a más y pude incluso bajar el pistón en las últimas vueltas pensando en la puntuación que vendría después. El campeonato de CyL era mío.

De nuevo al rodillo para eliminar desechos metabólicos, leve descanso, y a pensar en la puntuación aunque de entrada no recibí buenas noticias, se acortaron las vueltas a sesenta cuando en los nacionales son ciento sesenta y yo rindo óptimamente a partir de la mitad. Además, salieron tres corredores del Frio Julymar, lo que decantó la carrera en su favor siendo Alonso Sastre el más listo y uno de los más fuertes por lo que a pesar de mis intentos una y otra vez solo pude ser segundo. No le pude devolver la vuelta que ganó al principio ya que la prueba se acabó cuando rodaba solo y cogiendo ventaja pero la carrera es así.

El balance es positivo, objetivo casi al 100% cumplido, una medalla de oro y otra de plata y mucho margen de mejora hasta el Campeonato de España que será a finales de septiembre donde espero ofrecer mi mejor versión.